En medio de la crisis económica que atraviesa Cuba, ha surgido un nuevo y preocupante fenómeno: los “mochileros”. Estas personas utilizan sus nombres y tarjetas bancarias personales para recibir grandes transferencias de dinero provenientes de mipymes y trabajadores por cuenta propia, extrayendo luego sumas significativas de efectivo de los cajeros automáticos. Esta práctica ha llevado a que los cajeros se queden sin efectivo, dificultando el acceso al dinero para los clientes comunes.
Desde abril, el Banco de Crédito y Comercio (Bandec) en Sancti Spíritus ha implementado una medida drástica en un intento por frenar esta situación: dejó de reaprovisionar los cajeros automáticos. Ahora, los residentes deben retirar dinero directamente en las sucursales bancarias, con un límite de 5 mil pesos diarios. Esta medida ha generado nuevas dificultades, especialmente en las provincias donde aún no se ha implementado debido a la falta de efectivo y personal bancario.
La situación es crítica para muchos cubanos, como Omar, un jubilado de Camagüey. Entrevistado por OnCuba, Omar relató cómo, después de varios días de colas infructuosas, tuvo que recorrer 30 kilómetros en bicicleta y esperar más de dos horas para retirar 5 mil pesos en efectivo. Esta escena se repite especialmente en los días de cobro de pensiones, cuando las colas frente a los bancos son interminables debido a la escasez de efectivo.
Joaquín Alonso, ex presidente del Banco Central y actual ministro de Economía y Planificación, admitió en noviembre pasado que la retención de efectivo es un problema grave sin una estrategia definida para solucionarlo. A pesar de esto, Alonso anticipaba un “futuro promisorio”, destacando un incremento mensual del 0.6% en las operaciones digitales desde el inicio de la bancarización en agosto de 2023. Sin embargo, estas promesas no han mitigado la situación, y la realidad diaria sigue siendo desalentadora.
La crisis energética que ha afectado a Cuba desde febrero, con apagones de hasta 21 horas diarias, ha exacerbado estos problemas. Los apagones no solo afectan los servicios telefónicos necesarios para pagos por transferencia, sino también las operaciones de los cajeros automáticos y las sucursales bancarias. En Camagüey, los horarios de atención en los bancos se han reducido drásticamente debido a los problemas de conexión.
En la Plaza de los Trabajadores, los cajeros automáticos suelen estar vacíos, y las personas deben esperar días para poder retirar su dinero. Aunque en La Habana, el Banco Metropolitano ha extendido su servicio a los domingos, en el interior del país ni Bandec ni el Banco Popular de Ahorro han seguido esta iniciativa. Esta realidad afecta a miles de cubanos que luchan diariamente para acceder a su dinero.
En enero de 2023, el Banco Central impuso límites a las operaciones electrónicas, justificándolo como una medida para preservar la disciplina del mercado. Sin embargo, esta decisión solo ha exacerbado la dependencia del efectivo en el mercado informal. La impresión de billetes de mayor denominación ha sido desestimada, dejando a la población sin soluciones efectivas para la crisis de efectivo.
