Niños de una escuela primaria de Sancti Spíritus y sus padres unieron esfuerzos para salvar la vida de su maestro, Ramón Rodríguez Pérez, un sexagenario que desde hace cinco años sufría una enfermedad renal compleja. A pesar de su condición, Ramón viajaba diariamente desde Cabaiguán hasta el municipio cabecera para dar clases, sin faltar nunca.
Disney González Varela, madre de la pequeña Gabriela, relató su impresión cuando en septiembre pasado conoció a Ramón, profesor de quinto grado. En la primera reunión del curso, Ramón compartió con los padres de sus 38 alumnos que desde 2019 llevaba una sonda de nefrostomía percutánea que permitía la salida de la orina desde su riñón izquierdo.
«Cuando él mostró la bolsa colectora, todo el mundo se quedó mudo; nadie imaginó que el maestro, que llevaba casi cinco años con aquella situación de salud, viajara desde Nieves Morejón hasta acá para dar clases sin quejarse. Por supuesto, que el corazón se nos conmovió a todos», detalló Disney al semanario Escambray.
Disney decidió hablar con el doctor Javier Enrique García Cordero, urólogo y vecino de ella, para que valorara el caso, sin saber que su hija Gabriela se le había adelantado. «Salí escondida de mi mamá y mi papá y fui a casa del médico Javier, que es vecino de nosotros. Le dije: ‘Doctor, opere a mi maestro porque está muy enfermo. Va a las clases con una manguera colgándole de la espalda. Sálvelo, él es muy bueno'», contó orgullosa la niña.
El doctor Javier, conmovido por la petición de Gabriela, decidió asumir el caso. Tras evaluar al paciente, un equipo multidisciplinario del Servicio de Urología del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos le realizó tres cirugías endoscópicas al maestro Ramón.
El profesor ya había sido operado tres veces anteriormente y había tenido complicaciones, pero esta vez le practicaron un procedimiento urológico mínimamente invasivo. En la primera cirugía se introdujo un equipo endoscópico a través de la uretra para acceder al sitio de la obstrucción, donde había una litiasis (cálculos o piedras) que se pudo fragmentar. Como quedaron pequeños fragmentos, se le colocó un catéter. En la segunda intervención le extrajeron todos los restos de la litiasis y se cambió el catéter para dilatar el uréter dañado. En la última operación se retiró el catéter.
«Ramón ha evolucionado satisfactoriamente. Los estudios evolutivos realizados hasta el momento revelan un riñón totalmente normal», afirmó el especialista.
Durante todo el proceso, los padres de los alumnos se volcaron en apoyo al profesor. «Creamos un grupo en WhatsApp y recopilamos todos los insumos que hacían falta para la cirugía, desde las suturas, las jeringuillas, los guantes, todo. Algunos los compramos, otros fueron donados. También hicimos un listado que se iba actualizando diariamente para llevarle desayuno, almuerzo y comida al maestro y a su familiar acompañante. Le llevábamos jabón, papel sanitario, pasta dental; es decir, lo que hiciera falta», detalló Maidelys Lorenzo, madre de la niña Isabela.
La recuperación y vuelta a las aulas de Ramón fue celebrada por todo lo alto en la escuela primaria Serafín Sánchez Valdivia, donde se hizo una fiesta para darle la bienvenida y agradecer al doctor Javier y a su equipo.
«Ni enfermo he dejado de estar pendiente de mis alumnos; como decimos, soy un machaca, machaca con los contenidos. Lo más importante es que aprendan y aprendan bien», subrayó el docente.