Amaury Depestre, director del central azucarero “14 de julio” en Cienfuegos, reconoció esta semana que para completar la última zafra y cumplir con el plan establecido, tuvo que recurrir a la mano de obra de 113 presos que se integraron a las labores agrícolas. “Hay que trabajar en conjunto, los Gobiernos, el Partido, los centrales… Todos debemos buscar soluciones para desarrollar la zafra. Debemos unirnos desde ahora para la próxima”, afirmó Depestre.
Durante un debate realizado el lunes por la noche, previo a la sesión parlamentaria programada para este miércoles, Depestre no especificó las condiciones bajo las cuales trabajaron los presos. Sin embargo, desde marzo, tanto los cubanos como los extranjeros que cumplen penas de cárcel en el país tienen derecho a trabajar dentro y fuera de las prisiones. Existen normas que regulan su trato laboral y salarial, según informa la agencia Afp.
En su intervención, Depestre también llamó la atención sobre los salarios del sector azucarero y la emigración que ha afectado significativamente al sector en los últimos años. No es la primera vez que directivos de empresas o diputados se quejan de la falta de fuerza laboral en la agricultura, un sector históricamente impactado por el éxodo del campo a la ciudad. A esto se suma ahora la masiva emigración al extranjero de la población cubana y el desplazamiento de trabajadores agrícolas hacia empleos mejor remunerados en el creciente sector privado.
Noel Rolando, diputado por el municipio Remedios en la provincia de Villa Clara, comentó que, además del salario, existen otras formas de incentivar y comprometer a los trabajadores. “La parte monetaria influye mucho, pero también la atención. A veces uno puede resolver problemas a los trabajadores, que pueden influir en su rendimiento”, señaló Rolando.
Desde 2021, el grupo empresarial AZCUBA ha intentado frenar la caída del sector azucarero, pero la zafra 2022-2023 apenas alcanzó las 350,000 toneladas de azúcar, lo que representa solo el 4.4% de la producción que Cuba lograba a principios de la década de 1990. Julio García Pérez, presidente de AZCUBA, no informó a los parlamentarios sobre los resultados finales de la zafra que concluyó en mayo.
Entre febrero y junio, los diputados que integran la Comisión Agroalimentaria evaluaron la zafra azucarera con visitas a 23 empresas agroindustriales azucareras y 39 cooperativas agropecuarias productoras de caña. Estas visitas confirmaron la poca disponibilidad de lubricantes, combustibles y otros insumos esenciales. “Durante la zafra no se logró cumplir en la mayoría de las empresas agroindustriales con las medidas organizativas para asegurar la tarea diaria y los niveles productivos, mezclándose problemas subjetivos con limitaciones reales de carencias, lo cual revela indisciplinas y falta de exigencia de presidentes de cooperativas y jefes de áreas en la industria”, comentó García Pérez sin proporcionar cifras concretas.
García Pérez también mencionó la fluctuación de la fuerza laboral como uno de los elementos distintivos de los últimos años en el sector. Al cierre del primer trimestre de 2024, contaban con 6,723 trabajadores estatales y 7,418 cooperativistas.
Otro factor que afectó negativamente la cosecha y los procesos industriales fue la quema de la caña. En total, se afectaron unas 750,000 toneladas; 16,000 hectáreas no se cortaron, quedando en los campos y, por tanto, perjudicaron las cepas, según el presidente de AZCUBA.
Julio García Pérez subrayó la necesidad de encontrar soluciones innovadoras que permitan detener el deterioro que enfrenta la agroindustria azucarera en Cuba. La zafra azucarera, una vez el motor económico del país, sigue enfrentando desafíos significativos, y las medidas actuales parecen insuficientes para revertir la situación crítica del sector.