El famoso restaurante “El Laurel”, conocido por estar relacionado con testaferros del nieto de Raúl Castro, Raúl Guillermo Rodríguez Castro, alias “El Cangrejo”, fue clausurado esta semana durante un sorpresivo operativo policial. Este establecimiento, ubicado en La Habana, fue escenario de una intervención de la Guardia Operativa, que obligó a desalojar tanto a empleados como a los clientes que en ese momento se encontraban en el local.
Según reportes en redes sociales, el restaurante, situado en las cercanías de Jaimanitas, fue allanado por las autoridades cubanas bajo la sospecha de que los bienes y equipos dentro del establecimiento tenían un origen ilícito. La redada fue acompañada de la incautación de mercancías y mobiliario, transportados en vehículos estatales mientras los turistas extranjeros que disfrutaban de una comida en el lugar también se vieron forzados a marcharse.
El perfil de Facebook “La Tijera” fue uno de los primeros en reportar los hechos, lo que generó un amplio debate en las redes sociales. Mientras algunos cubanos consideran que es difícil de creer que una propiedad vinculada a la familia Castro pudiera ser intervenida de esta forma, otros sostienen que los problemas con los testaferros del Cangrejo podrían haber motivado esta acción policial. De ser así, incluso la intervención habría sido ordenada por el propio Raúl Guillermo Rodríguez Castro.
Reacción en Redes: Advertencia para el Sector Privado
Uno de los comentarios más resonantes fue el del usuario de Twitter Yancarlos, quien aprovechó la ocasión para advertir a los dueños de pequeñas y medianas empresas (Mipymes) en Cuba. Su mensaje fue claro y contundente: “Tomen ejemplo los mypimeros, cuando la dictadura no los necesita, les quita todo. Yo personalmente me alegro de que les pasen estas cosas, se lo advertimos”. Esta declaración refleja la profunda desconfianza que existe entre el sector privado y el régimen cubano, en un país donde el control del Estado sobre las empresas es férreo y donde el apoyo oficial puede desaparecer de un momento a otro.
Un Año de Advertencias sobre la Corrupción
El cierre de “El Laurel” no es la primera señal de que el negocio estaba en problemas. Hace aproximadamente un año, el empresario y youtuber cubano Manuel Milanés había expuesto la corrupción que rodeaba la transformación de este restaurante, inicialmente una paladar familiar, en una Mipyme. Según Milanés, los dueños originales del negocio fueron desplazados a través de maniobras fraudulentas realizadas por un hombre apodado Cheo, quien utilizó un poder legal para apropiarse del 40% del restaurante.
Este entramado de corrupción involucró a figuras de gran poder, como El Cangrejo y Sandro Castro, quienes habrían permitido a Cheo realizar actividades ilícitas, tales como evasión fiscal, lavado de dinero y la venta de vehículos de lujo. Estas operaciones turbias facilitaron que Cheo consolidara su posición en el negocio, al tiempo que marginaba a los propietarios originales del restaurante.