Desde la implementación de la “Tarea Ordenamiento” en Cuba, muchos cubanos han reclamado insistentemente al Banco Central de Cuba (BCC) la devolución de los dólares retenidos en sus cuentas. Estas cuentas, que en su momento fueron abiertas en divisas, quedaron atrapadas en medio de un proceso bancario que parece no tener fin. Los trabajadores que confiaron en el sistema bancario cubano se sienten traicionados al no poder acceder a sus ahorros, especialmente aquellos que trabajaron arduamente en misiones en el extranjero.
En ese entonces, el Banco Central ofreció una solución que, para muchos, ha resultado ser un obstáculo más: la creación de los Certificados de Depósito. Estos certificados permitían a los clientes que poseían cuentas en pesos convertibles (CUC) migrar a la moneda libremente convertible (MLC). Sin embargo, esta opción vino con una trampa. Los titulares de estas cuentas no tendrían acceso a sus fondos hasta que el país tuviera la liquidez suficiente para respaldarlos. Hoy, años después, la espera parece interminable, y la frustración de los afectados no deja de crecer.
El Banco Central ha intentado calmar los ánimos con comunicados que, en lugar de resolver el problema, solo añaden más incertidumbre. En una reciente actualización de su sección de preguntas frecuentes sobre la aceptación de depósitos en dólares en efectivo, la entidad reiteró que “las condiciones respecto a los Certificados de Depósitos en moneda extranjera se mantienen”. Esto significa que, aunque los titulares de estas cuentas pueden realizar extracciones, las mismas solo se autorizan en pesos cubanos (CUP), y a la desfavorable tasa de 1×120.
Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en un campo de batalla para los clientes del BCC. Cada publicación de la institución es bombardeada con comentarios de usuarios exigiendo el cumplimiento de sus compromisos. “Acaben de cumplir con honrar las cuentas mediante certificados de depósito”, escribió Ángel Rojas, uno de los afectados, quien ha esperado más de cuatro años por una solución. La paciencia de muchos, como Rojas, se ha agotado, y lo único que piden es poder acceder al dinero que les pertenece.
Por su parte, José Antonio Solana Fernández ha sido aún más directo en su reclamo. En su opinión, si no hay liquidez disponible, el Banco Central debería compensar a los afectados mediante tarjetas en MLC o USD con el monto equivalente de sus cuentas. Para Solana, se trata de una cuestión de “honor y respeto al pueblo”, valores que, según él, han sido ignorados.
Para muchos cubanos, especialmente aquellos que trabajaron en misiones en el extranjero, esta situación es una violación de los contratos que firmaron. “Nos privaron de nuestros ingresos en MLC sin previo aviso y como consuelo nos entregaron un Certificado de Depósito”, expresan en tono de indignación. La espera, que ya supera los cuatro años, es vista por estos trabajadores como un abuso que pone en duda la integridad de las autoridades bancarias cubanas.
La pregunta que resuena entre los afectados es clara: ¿hasta cuándo tendrán que esperar para recuperar el dinero que, con tanto esfuerzo, ganaron?