Las lluvias intensas que azotaron La Habana este viernes dejaron un panorama preocupante en el Vedado, una de las zonas más céntricas de la capital cubana. La combinación de precipitaciones y acumulación de basura provocó severas inundaciones, afectando principalmente las áreas bajas del barrio.
Una escena que se repite
En la intersección de 3ra y calle 12, el agua acumulada alcanzó niveles alarmantes. Según una residente de la zona, quien compartió un video en Facebook, la basura arrastrada por las lluvias bloqueó los tragantes, impidiendo que el agua drenara correctamente. Este problema, lejos de ser nuevo, es una constante durante las lluvias fuertes, cuando la infraestructura pluvial de la ciudad demuestra sus limitaciones.
Basura y colapso pluvial: un cóctel peligroso
El impacto de estos eventos se agrava por la acumulación de desechos en las calles y los tanques de basura desbordados, un problema recurrente en La Habana. A esto se suma el evidente deterioro del sistema de drenaje, que ya no es capaz de soportar la presión de lluvias intensas.
Un video compartido en redes muestra a un automóvil intentando cruzar la zona inundada, con el agua llegando hasta las puertas del vehículo. La escena refleja el estado crítico de la capital cubana, donde las lluvias, lejos de ser una bendición, se convierten en una amenaza.
Promesas y realidades
A pesar de las numerosas campañas gubernamentales para limpiar la ciudad, la suciedad sigue siendo un problema generalizado. Hace solo unas semanas, durante el aniversario 505 de La Habana, el presidente Miguel Díaz-Canel recorrió varios puntos de la ciudad, expresando su preocupación por el estado de abandono y contaminación.
Sin embargo, las palabras parecen haber quedado en el aire. Un mes después, La Habana continúa exhibiendo un paisaje dominado por basureros desbordados, ruinas y desechos en sus calles, mientras sus habitantes lidian con los efectos de un sistema de gestión de residuos ineficiente y una infraestructura en decadencia.