En tiempos donde las noticias suelen estar llenas de problemas y quejas, de vez en cuando aparece un video que nos recuerda lo bonito de la vida. Y eso fue exactamente lo que pasó con una abuela cubana de 99 años que se volvió viral en TikTok tras recibir un regalo muy especial de su nieta. ¿Lo mejor? Su reacción es tan tierna y genuina que te hace soltar una lagrimita (de esas buenas).
Todo comenzó con una publicación de la usuaria @nayivishernandez, quien compartió el momento exacto en que su abuela abre el regalo: dos ollas nuevas para la cocina. Nada de celulares de última generación ni perfumes caros. Solo dos ollas: una arrocera eléctrica y una olla de presión. Pero en Cuba, donde cocinar puede ser un desafío diario, este gesto es más que suficiente para emocionar hasta los huesos.
En el video se ve a la abuela sentada en su sillón, mirando con sorpresa y emoción los dos utensilios. Apenas los ve, suelta una frase que derritió a todo el que la escuchó: “Ay, mija, qué linda”. Así, con esa mezcla de ternura, agradecimiento y ese cariño único que solo una abuela puede expresar.
La escena, tan simple pero tan poderosa, tocó fibras muy profundas entre los usuarios. Los comentarios no se hicieron esperar: “¡Dios mío, qué ternura!”, “Me hizo recordar a mi abuela”, “Esas son las cosas que valen la pena”. Porque sí, en medio de tantas dificultades, los pequeños gestos como este son los que mantienen unidas a las familias y les sacan una sonrisa a todos.
Y es que no hay nada más bonito que ver a nuestros abuelos felices. Sobre todo cuando han vivido tanto y lo han dado todo por nosotros. Regalarles algo, por pequeño que sea, puede tener un impacto enorme. Más aún en un contexto como el de Cuba, donde conseguir artículos básicos se ha vuelto todo un reto.
Este video no solo se convirtió en viral por la ternura de la abuela, sino porque nos recordó algo muy importante: a veces no hace falta mucho para alegrar el corazón de alguien. Solo hace falta amor, ganas de compartir, y un par de ollas, si es necesario.
Así que si todavía tienes a tu abuela contigo, llámala, visítala o hazle ese regalito que lleva tiempo esperando. Porque como demostró esta nieta, los gestos sencillos pueden ser los más grandes del mundo.