Cuba se alista para abrir las puertas de la Feria Internacional de Turismo (FitCuba 2025) del 30 de abril al 3 de mayo, justo en pleno corazón del parque Morro-Cabaña, en La Habana. Pero mientras se decoran stands y se alistan discursos, el país lidia con una crisis energética y alimentaria que está que corta como cuchilla de barbería.
La noticia la soltó el ministro del Turismo, Juan Carlos García Granda, con cara optimista y verbo afilado. Según él, esta feria llega como «una acción comercial clave en tiempos difíciles», y que justo ahora es cuando más hay que fajarse. Una jugada estratégica en medio del torbellino económico que azota a la isla.
China será la invitada especial de esta edición. Y no es casualidad: el gobierno quiere seducir al gigante asiático con ron, música y tradiciones cubanas, buscando abrir las puertas a ese mercado lejano pero potente. García aseguró que, aunque estén del otro lado del mundo, los chinos son una mina turística por explotar. Así que ya están planeando atenciones VIP para turoperadores, aerolíneas y demás jugadores del sector.
Por si fuera poco, este evento servirá también como vitrina para una nueva apuesta regional: la primera Cumbre de Ministros de Turismo del ALBA, donde se quiere cocinar una estrategia de multidestino que una a varios países en una sola ruta de viaje.
FitCuba no estará sola en su despliegue. Las grandes cadenas hoteleras como Meliá, Iberostar y Blue Diamond pondrán toda la carne en el asador para promocionar la temporada 2025-2026, mientras intentan mantener el glamour en un país donde la infraestructura turística, sinceramente, está a media máquina.
García habló de unidad y de marcar una diferencia a partir de ahora. Pero ni una palabra sobre los apagones que revientan a diario, ni del hambre que aprieta, ni de la inflación que no da tregua. Porque mientras se prepara el show para los de afuera, los de adentro siguen contando centavos y apagando velas.
Y en esa búsqueda desesperada por recaudar divisas frescas, nació una empresa mixta entre la Agencia de Viajes Tumey de China y el Grupo Gaviota de Cuba, que lanzó una app hecha a la medida del turista chino. Suena moderno, sí, pero lo curioso es que la tecnología va más rápido que las condiciones reales del turismo cubano, donde a veces ni agua caliente hay.
Por si no fuera poco, el gobierno también presentó una nueva línea de cereales llamada Guaní, producida por Proxcor S.A., una alianza entre la eslovaca Proxenta y la cubana Coralsa. El cereal, ojo, está pensado no para la gente común, sino para los hoteles y turistas. Porque sí, en Cuba hay comida, pero no siempre para todos.
Todo esto mientras el número de turistas en marzo cayó un 30 % en comparación con el año anterior, y la población sigue esperando soluciones reales a los problemas que sí le quitan el sueño: la falta de medicinas, el deterioro del sistema eléctrico y la lucha diaria por conseguir algo que echarle al plato.
Así se cocina FitCuba 2025: entre luces, promesas y sonrisas para el visitante, mientras la realidad de la calle sigue cruda, sin sal y sin esperanza.