Desde Florida, la congresista demócrata Kathy Castor alzó la voz con fuerza y sin pelos en la lengua para exigir al expresidente Donald Trump que se ponga las pilas y permita el regreso inmediato de Heidy Sánchez Tejeda, una madre cubana deportada a la isla de forma repentina, dejando atrás a su esposo y a su bebita de apenas un año, ambos ciudadanos estadounidenses.
El reclamo llegó a través de una carta oficial publicada este lunes en el sitio web de Castor, donde la legisladora no se anduvo con rodeos y calificó la deportación como “cruel, ilegal y una mancha terrible” para la administración Trump.
Una separación que dejó heridas
Heidy, quien vivía en Tampa y trabajaba como asistente de salud en el hogar, llevaba su proceso migratorio al día, sin esconderse y cumpliendo con cada cita ante el ICE. Pero eso no evitó que fuera detenida sin aviso previo y enviada a Cuba, rompiendo a una familia en mil pedazos.
“El trato que recibió esta familia no representa lo que somos como país”, expresó Castor, subrayando que la bebé, aún lactante, tuvo que ser hospitalizada por el trauma de la separación. La pequeña necesita a su madre, no solo por amor, sino también por cuestiones de salud.
“Esto no tiene que ser así. El presidente tiene la autoridad para concederle un parole humanitario a Heidy y permitir que se reúna hoy mismo con su familia en Tampa”, escribió la congresista.
Una decisión sin corazón, según su abogada
La abogada de Sánchez, Claudia Cañizares, reveló que Heidy tenía una orden final de deportación desde 2019, pero estaban en proceso de reabrir el caso. ICE no solo adelantó sorpresivamente la cita que estaba programada para mayo, sino que la detuvo sin dar tiempo a nada.
“Fue un golpe duro. Habíamos empezado el proceso legal y de pronto, zas, la deportaron”, lamentó la letrada. Según ella, a otros migrantes en situaciones similares se les ha dado más tiempo o flexibilidad, pero a Heidy la trataron como una cifra más que cumplir para cuadrar estadísticas de deportaciones.
Cuba no es lugar para una madre como ella
Castor también alertó sobre lo que significa regresar a Cuba en este momento. “Es inaceptable enviar a alguien a una isla con escasez de alimentos, agua potable y represión”, sentenció. Heidy está ahora en un país donde su seguridad y bienestar no están garantizados, alejada de la hija que más la necesita.
Y para rematar, la congresista le tiró directo a Trump con un toque irónico, recordándole su reciente aparición en el funeral del Papa Francisco. “Si realmente quiere honrar la dignidad humana, como dijo allí, empiece por esta madre separada de su bebé”, le espetó.
Una denuncia con todas las letras en redes sociales
En su cuenta de Facebook, Castor fue aún más tajante, acusando al expresidente de actuar con hipocresía. “No se puede decir que se es pro-familia mientras se arranca a una bebé lactante de los brazos de su madre para cumplir con una agenda extremista”, escribió, visiblemente indignada.
La congresista prometió que seguirá apoyando a la familia Sánchez-Valle, y que su oficina está en contacto directo con ellos para lograr la tan necesaria reunificación.
Un padre agradecido y una madre desgarrada
Carlos Yuniel Valle, esposo de Heidy, también utilizó Facebook para expresar su agradecimiento. “Gracias a Dios y a la congresista Castor por escuchar nuestras plegarias. Heidy merece volver con nosotros”, escribió conmovido.
Mientras tanto, desde Cuba, Heidy sigue intentando procesar lo que le tocó vivir. En entrevista con Telemundo, compartió el dolor que le produce estar lejos de su hija, después de ser deportada en un vuelo con otros 82 migrantes.
La historia de esta familia no solo refleja la dureza del sistema migratorio, sino también cómo, detrás de cada número, hay corazones rotos, madres separadas y bebés que no entienden por qué su mundo cambió de un día para otro.