Un video lleno de emociones ha puesto a hablar a media Cuba en redes sociales. Se trata de Milena (@milenita9712 en TikTok), una cubana que, tras años lejos, volvió al terruño para abrazar a los suyos. Entre lágrimas y abrazos apretados, se fundió con su madre y varios familiares en una casita humilde de madera, bien en el corazón del campo cubano. La escena fue tan pura que no pocos soltaron una lagrimita del otro lado de la pantalla.
“Me sentí en casa otra vez después de tanto tiempo”, escribió Milena junto al video que ha rodado como pólvora por las redes.
Pero como pasa siempre en Internet, la emoción duró poco antes de que se desatara la tormenta de críticas.
Del abrazo a la controversia
A muchos les pareció lindo, sí, pero les chocó el contraste entre el carrito alquilado que trajo a Milena y la situación precaria de la casa familiar. Varios usuarios no tardaron en hacer cuentas mentales del viaje y soltar comentarios como: «Con lo que cuesta ese carro, les haces una casa». Hubo quien estimó que todo pudo costarle hasta ocho mil dólares, lo que —según comentaban— alcanzaría de sobra para levantar una vivienda digna en el campo.
El debate se puso caliente. Unos decían que era un despilfarro, otros se indignaban por lo que veían como prioridades mal puestas. “Yo no alquilo ese carro ni loco, con eso le arreglo la casita a mi vieja”, soltó otro internauta, refiriéndose a la casa, que con su estructura de madera vieja y techo de fibrocemento, fue tachada de “peligrosa”.
Pero el amor familiar también habló fuerte
Entre tanto juicio, también hubo voces que salieron en defensa de Milena, recordando que cada quien gasta su dinero como le da la gana, y que nadie tiene derecho a juzgar un momento tan íntimo como reencontrarse con la familia.
Varios apuntaron a algo muy real: en Cuba, muchas personas mayores no quieren dejar sus casas aunque estén deterioradas, porque están llenas de recuerdos, de historia, de amor. “Tiene valor sentimental. No es solo una casa, es su vida entera”, comentó una joven. Y otra, sin pelos en la lengua, remató: “Ella no le pidió nada a ustedes para alquilar el carro”.
Más allá del carro, la nostalgia pesa más
La historia de Milena no es única, pero refleja un sentir compartido por miles de emigrados cubanos que sueñan con ese día en que puedan regresar, aunque sea por un rato, y volver a besar a su madre, o sentarse en el portal donde crecieron.
Una usuaria resumió la esencia de todo esto con una frase que tocó fondo: “Esa casita humilde tiene más felicidad que muchos palacios con corazones vacíos”. Y ahí está el detalle: no es el lujo lo que hace especial un reencuentro, es el amor que se siente cuando uno vuelve a su raíz.
Milena, sin engancharse demasiado con la crítica, respondió con elegancia y corazón a algunos mensajes. Agradeció el cariño recibido y dejó claro que su familia siempre ha sido su mayor tesoro. “Son mejores que muchas personas que he conocido fuera”, escribió.
En medio de todo, su video no solo generó polémica, también removió sentimientos dormidos en muchos corazones que laten fuera de Cuba, esos que siguen esperando el momento de regresar a abrazar a los suyos, aunque sea una sola vez.