En otro episodio de su telenovela ideológica, Gerardo Hernández Nordelo, el mandamás de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y exespía reciclado en vocero oficialista, no perdió la oportunidad de colarse en la conversación internacional para soltar su muela propagandística.
Aprovechando un apagón que sacudió brevemente a España y Portugal, Hernández lanzó una perla de cinismo en Facebook: dijo que Europa es un «continente fallido», como si eso fuera comparable al desastre diario que vive el cubano de a pie en su lucha por sobrevivir con luz intermitente, si acaso.
¿Apagón europeo? Pa’ él, un regalo propagandístico
En vez de mostrar un mínimo de empatía o solidaridad, lo que hizo fue subirse al ring de los hashtags y tirar puya contra quienes usan #CubaEstadoFallido. Según su lógica, si Europa tuvo un corte de electricidad, entonces también merece ese título. Una comparación que no aguanta ni un cafecito amargo de termo.
Lo curioso es que el apagón en Europa duró unas horas y las autoridades ya están investigando y tomando cartas en el asunto. En Cuba, en cambio, los apagones son el pan nuestro de cada día, y la solución parece tan lejana como la carne de res en la libreta.
Otra vez el bloqueo, como comodín eterno
Como era de esperarse, el exagente de los “Cinco Héroes” volvió a sacar el tema del embargo estadounidense, ese argumento ya desgastado que utilizan para justificar desde la falta de pan hasta la caída del sistema eléctrico. Según él, Europa no tiene “bloqueo”, así que lo suyo es peor. Pero omite que en Cuba no hay ni gestión, ni transparencia, ni inversión real en los servicios básicos.
En el norte de España hay una avería, y el gobierno sale a dar la cara. En Cuba hay apagones diarios, y lo que repiten es que la culpa es de «otros», como si no llevaran más de seis décadas administrando el país.
La “ciberclaria” también se suma al show
Para no quedarse sola, Tere Felipe, una de las voceras más leales del oficialismo digital, se montó en la misma guagua del discurso. Repitió el mismo sonsonete del bloqueo y las agresiones externas, evitando mencionar los errores internos que tienen al país sumido en la oscuridad —literal y metafóricamente.
El apagón de ideas es peor que el eléctrico
Lo que queda claro es que, más allá del apagón europeo, lo que realmente ilumina esta historia es la capacidad infinita del régimen para desviar la atención, tirar dardos al exterior y no asumir responsabilidad alguna.
Mientras tanto, el pueblo cubano sigue sin corriente, sin respuestas y sin esperanza de que esto cambie pronto. Pero para Gerardo y compañía, lo importante no es resolver los problemas, sino mantener viva la narrativa del «pobrecito Cuba, víctima del imperio».
Y así seguimos, con la luz apagada… y el discurso reciclado.