Desde Miami, Carlos Yuniel Valle no se ha quedado de brazos cruzados tras la repentina deportación de su esposa, la cubana Heydi Sánchez Tejeda, quien fue enviada de vuelta a la Isla a pesar de estar casada con un ciudadano estadounidense y ser madre de una bebé de apenas un año con serios problemas de salud.
La historia ha tocado fibras en la comunidad cubana del exilio y en muchos rincones de Estados Unidos. Carlos ha lanzado una petición en la plataforma MoveOn, pidiendo a las autoridades migratorias norteamericanas que le concedan a su esposa un permiso humanitario que le permita regresar y reunirse con su familia.
“Esa niña no solo es una bebé. Es un milagro de la ciencia y del amor”, señala la campaña, explicando que la pequeña fue concebida mediante fertilización in vitro, sufre de convulsiones frecuentes, y fue separada de su madre mientras aún la amamantaba.
Una deportación sin aviso que dejó a todos descolocados
Todo sucedió en abril, sin mucha explicación. ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, adelantó de forma repentina una cita migratoria que Heydi tenía programada y, sin dar margen a reaccionar, procedieron a deportarla.
Su abogada, Claudia Cañizares, asegura que el caso se manejó de forma totalmente inesperada. Heydi, sin antecedentes penales y con una orden de deportación antigua (de 2019), estaba precisamente en proceso de intentar reabrir su caso cuando fue detenida.
“Nos cogió desprevenidos. La manera en que actuaron fue fría, sin tener en cuenta que acabábamos de tomar el caso y que la niña estaba en una situación delicada”, lamentó Cañizares. También dejó claro que ICE parecía más enfocada en cumplir con cuotas internas que en valorar el drama humano detrás del expediente.
El regreso no será fácil, pero hay esperanza
Aunque Heydi ya fue deportada, el camino legal para traerla de vuelta no está cerrado, aunque sí será largo y cuesta arriba. La abogada explicó que ahora toca solicitar el récord migratorio, presentar los correspondientes perdones migratorios y luego pedir una cita consular en la Embajada de EE.UU. en La Habana.
Todo eso tomará tiempo. Puede ser un proceso de meses… o de años, dependiendo de cómo las autoridades procesen el caso y cuánta presión social y apoyo pueda reunir la familia en su campaña.
Mucho más que una reunificación: un grito por humanidad
Carlos no solo está luchando por su familia. Está poniendo el dedo en la llaga de un sistema migratorio que, según él, necesita mirar más allá de los papeles y las reglas frías.
“No se puede separar así, sin más, a una madre lactante de su hija enferma. Esto no es solo injusto, es cruel”, reclama en la petición.
Las redes sociales se han encendido con el caso. Muchos cubanos, dentro y fuera de la Isla, han expresado su indignación y solidaridad. La historia de Heydi se ha convertido en un símbolo del lado más duro y deshumanizado del sistema de deportaciones estadounidense.
Mientras tanto, Carlos sigue luchando con lo que tiene: la esperanza, el apoyo de la comunidad y una fe tremenda en que su esposa volverá a casa, donde su hija la espera con los brazos abiertos.