La historia de Francisco García, un cubano atrapado en Grecia, ha conmovido a muchos y ha desatado un debate sobre las consecuencias del reclutamiento de mercenarios en la guerra de Rusia contra Ucrania. En su mensaje a CiberCuba, Francisco revela su arrepentimiento por haberse alistado como soldado de la Federación Rusa, y ahora, tras estar atrapado en un centro de inmigrantes en Grecia, pide ayuda para regresar a Rusia.
Francisco se encuentra en un limbo legal. Después de haberse unido al ejército ruso en medio de la guerra, ahora se encuentra en Grecia solicitando asilo político, pero sin documentos legales que lo respalden. “Estoy ahora mismo en Grecia pidiendo asilo político. Quiero regresar a Rusia”, confesó en un mensaje a CiberCuba. Sin embargo, lo que más le duele es el sentimiento de traición hacia las promesas que se le hicieron cuando fue reclutado.
Según explicó Francisco, fue reclutado en Cuba por Elena Shuvalova y Dayana Díaz para luchar en la guerra de Rusia contra Ucrania a cambio de vacaciones cada seis meses, ciudadanía rusa, y la promesa de no estar en la línea del frente. Sin embargo, esas promesas no se cumplieron. La situación se ha vuelto más difícil a medida que el conflicto se alarga, y él se ha encontrado atrapado en una guerra que ya lleva más de tres años.
Ahora, en Grecia, Francisco está tratando de regularizar su situación. Ha recibido lo que se conoce como la “tarjeta roja” que se da a los solicitantes de asilo en Europa. Pero el problema es que este documento no le permite trabajar ni acceder a servicios médicos, lo que hace aún más difícil su vida diaria. “Me dieron una carta roja que no sirve para nada ni para los hospitales”, se queja en su mensaje, dejando claro lo difícil que es vivir sin papeles ni derechos legales.
La situación de Francisco es un reflejo de la dura realidad que enfrentan muchos cubanos que fueron reclutados para pelear en Ucrania. Muchos fueron engañados con promesas de una vida mejor, pero al llegar a Rusia, se vieron atrapados en un conflicto sin fin. En este contexto, el caso de Francisco también pone de manifiesto cómo la migración cubana sigue siendo una salida ante la desesperanza, pero a menudo termina en situaciones aún más complicadas.
Este relato también resalta el creciente número de cubanos que han sido reclutados por Rusia para luchar en la guerra en Ucrania. A pesar de las promesas de salarios altos y la obtención rápida de la ciudadanía rusa, muchos han terminado siendo enviados al frente sin saber lo que les esperaba. Algunos incluso han sido capturados y se han arrepentido de haberse alistado en una guerra que nunca imaginaron que duraría tanto.