Siete migrantes cubanos, entre ellos un niño, vivieron momentos de puro terror en Tapachula, Chiapas, tras ser secuestrados por una banda criminal que exigía 10 mil dólares por cabeza a sus familiares como “rescate”. Por suerte, fueron liberados gracias a un operativo conjunto de las autoridades mexicanas.
El rescate ocurrió en una casa del centro de Tapachula, donde los migrantes estaban retenidos. El inmueble fue allanado por la Fiscalía General del Estado con el apoyo de varias instituciones como la SEDENA, Guardia Nacional, SEMAR, Seguridad del Pueblo e INM, en respuesta a una investigación por extorsión.
Según explicó la Fiscalía de Inmigrantes, los captores habían huido poco antes del operativo, dejando atrás a las víctimas. Entre los rescatados había tres hombres, tres mujeres y un menor de edad, todos cubanos y evidentemente angustiados.
Los secuestradores, aún no identificados, utilizaban teléfonos locales para presionar a las familias en Cuba o en el extranjero, amenazando con represalias si no soltaban el billete. La promesa era “dejarlos seguir viaje” hacia el norte, con el sueño americano como destino final.
Después del rescate, los migrantes fueron llevados a la Fiscalía, donde recibieron atención médica, psicológica y legal, además de dejar constancia de lo vivido. Las autoridades mexicanas dijeron que seguirán aumentando la vigilancia en la zona para capturar a los responsables de este crimen.
Este caso vuelve a poner el foco en los peligros extremos que enfrentan los migrantes cubanos al cruzar México. En su ruta hacia EE.UU., muchos caen en manos de redes criminales que se dedican a la trata, la extorsión y el secuestro, aprovechándose de su desesperación y falta de protección.
Las denuncias de este tipo se están volviendo pan de cada día. Y lo más preocupante es que la mayoría de las víctimas no tienen documentos, ni apoyo institucional, ni garantías legales, lo que los convierte en blancos fáciles para los delincuentes.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han alzado la voz en varias ocasiones, advirtiendo que el sistema migratorio en México sigue siendo lento, confuso y muchas veces deshumanizante. En el caso de los cubanos, esto se traduce en detenciones arbitrarias, deportaciones exprés y poca o ninguna oportunidad de defensa.
Hasta el momento no se ha informado de ninguna detención relacionada con este secuestro, ni se sabe qué pasará con los migrantes rescatados. El INM no ha dicho si serán regularizados, llevados a un albergue o devueltos a Cuba.
Lo cierto es que, para los cubanos que cruzan México buscando una nueva vida, el camino está lleno de peligros. Y mientras no se garantice su seguridad, seguirán siendo presas fáciles para el crimen organizado.