A pesar del desplome en la llegada de turistas y de una crisis que no da tregua, el Ministro de Turismo de Cuba, Juan Carlos García Granda, insiste en mirar el vaso medio lleno. Con una sonrisa de optimismo, aseguró esta semana que el sector se recuperará para el invierno 2025-2026. ¿El problema? Los datos dicen otra cosa: en el primer trimestre del año, el país recibió casi un 30% menos de visitantes que en 2024.
El ministro hizo estas declaraciones justo después de cerrar FITCuba 2025, celebrada en el icónico Cabaret Tropicana. Según él, la feria fue todo un éxito, con más de 1,500 profesionales extranjeros y 2,573 nacionales (entre estatales y privados) participando en el evento. Todo parece indicar que, al menos en papeles, la industria tiene ganas de levantarse.
En total, 58 países estuvieron representados en esta 43ª edición de FITCuba, que se desarrolló del 30 de abril al 3 de mayo en el complejo Morro-Cabaña en La Habana. Pero como bien sabemos los cubanos, no todo lo que brilla en las ferias se traduce en mejoras en la vida real.
Según García Granda, los comentarios de los turoperadores fueron positivos, y destacó que medidas como la financiación a proveedores y más autonomía empresarial están empezando a dar resultados. También habló del arrendamiento de instalaciones hoteleras y una supuesta “reestructuración normativa” para facilitar la inversión extranjera. Todo suena bien, pero ya hemos escuchado ese cuento antes.
El gobierno también quiere meterle el diente al mercado latinoamericano, sobre todo a través del ALBA-TCP. Y por si fuera poco, se ilusionan con China como un “mercado clave” que podría traer miles de visitantes a la isla. ¿El problema? La conectividad aérea es limitada, la infraestructura está en crisis y la imagen de Cuba como destino “moderno y seguro” necesita un lavado urgente.
La próxima edición de FITCuba 2026 será en Varadero, con Canadá como país invitado, justo cuando se celebran los 80 años de relaciones diplomáticas entre ambos países. Y sí, otra vez volverán a apostar por el clásico “sol y playa”.
Pero la verdad es que la cosa está fea. Desde la pandemia, el turismo cubano no logra levantar cabeza. La isla sigue sin recuperar los números de 2019 y está lejos de hacerlo. En los tres primeros meses de 2025, solo llegaron 571,772 visitantes, lo que representa una caída de 237 mil personas con respecto al año anterior, según la ONEI.
¿Las razones? Se desplomó el flujo de turistas de Canadá, Rusia y de la comunidad cubana en el exterior. Y según expertos como el economista José Luis Perelló, Cuba no volverá a los niveles prepandemia hasta 2030. Sí, leíste bien: una década perdida para el turismo cubano.
Por mucho que FITCuba pinte bonito, la realidad en la calle es otra: apagones constantes, hoteles sin agua caliente, precios por las nubes, mala conectividad y una oferta que ya no sorprende a nadie. Y mientras otros destinos del Caribe invierten en modernizarse y atraer turistas, Cuba sigue atrapada entre la burocracia, la crisis y un discurso que no convence.