En medio de un apagón general en La Habana, Doraiky Águila Vázquez, una mujer de 48 años, desapareció sin dejar rastro. Ya ha pasado más de un mes y medio y su familia sigue sin saber nada de ella. La situación es desesperante. Su madre no ha parado de publicar en redes sociales, pidiendo ayuda, rogando que alguien la haya visto. Esos mensajes llenos de angustia se repiten una y otra vez en Facebook. La pregunta es la misma: ¿dónde está Doraiky?
La última vez que alguien la vio fue saliendo de su casa en la calle Pocitos #939, entre 18 y 19, en el barrio de Lawton, municipio 10 de Octubre. Fue el 15 de marzo, justo durante la noche de aquel apagón que dejó a media Habana a oscuras. Desde entonces, nada. Ni una pista clara, solo algunos comentarios de cubanos que dicen haberla visto por aquí o por allá, pero sin certeza.
Lo más alarmante es que Doraiky padece demencia. No es agresiva, no representa peligro para nadie, pero sí está completamente vulnerable. Su familia insiste en eso: ella necesita ayuda. El problema es que, en un país donde la crisis sanitaria y la escasez de medicamentos golpea a diario, los enfermos mentales están entre los más desprotegidos. No es la primera vez que alguien con estas condiciones desaparece en Cuba. Tristemente, muchos terminan vagando sin rumbo por las calles, sin que nadie los asista.
El día que desapareció, Doraiky llevaba un vestido ancho amarillo con flores rojas en la parte de abajo, sandalias negras con una lista roja en el centro, y el cabello canoso. Cualquier detalle puede ayudar. Si la has visto o sabes algo, su familia suplica que llames a alguno de estos números: 76039226 / 50255751 / 56949667 / 59696001 / 54236523.
Ante esta situación, las plataformas feministas Yo Sí Te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de Alas Tensas han activado la Alerta Yeniset, una herramienta creada para reaccionar rápidamente ante la desaparición de mujeres. En un país donde la policía muchas veces actúa tarde (o no actúa), esta alerta busca movilizar a la ciudadanía.
La familia de Doraiky insiste: ella nunca antes se había perdido, no tenía motivos para irse. Salió caminando, sola, en medio del apagón, y no volvió. La oscuridad de esa noche parece habérsela tragado. Hoy, lo único que se pide es que no se olvide su rostro, su nombre ni su historia. Doraiky Águila sigue desaparecida… y su madre no se cansa de buscarla.