Cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, aparece esta historia sacada de una serie de Netflix: un cubano repartidor de Amazon fue arrestado en Miami-Dade tras ser sorprendido robando miles de dólares en paquetes. El protagonista del lío se llama Adrián Barrera, tiene 32 años y ahora enfrenta serios cargos por lo que parecía ser “un negocio redondo”… hasta que lo agarraron con las manos en la masa.
Todo salió a la luz el viernes, cuando Barrera fue visto tirando cajas vacías en el parqueo de un Lowe’s ubicado en la avenida 137 del Suroeste, en pleno condado Miami-Dade. Un empleado de la tienda notó algo raro y alertó a la policía. Minutos después, llegaron los oficiales y ahí estaba Adrián, bien campante, lanzando cartones desde un camión blanco tipo box truck.
Según el reporte policial, Barrera se dedicaba a abrir los paquetes, sacar la mercancía y esconderla dentro del camión. Luego, botaba las cajas como si nada. El total del botín: unos $45,000 en productos de Amazon destinados a clientes de los condados de Miami-Dade y Monroe.
Pero eso no fue todo. Cuando los agentes revisaron el vehículo, encontraron un frasco con metanfetamina escondido en una de las puertas delanteras. O sea, que el hombre no solo iba en plan “me llevo lo que no es mío”, sino que también cargaba droga.
Los cargos que enfrenta no son poca cosa: robo de carga en gran cuantía, violación de la ley de desechos de Florida y posesión de una sustancia controlada. Según la ley estatal, robar mercancía por menos de $50,000 ya es un delito grave de segundo grado. Y si le sumamos el tema de las drogas… la cosa se pone peor.
Barrera declaró que trabajaba para un contratista externo que hacía entregas para Amazon. Según él, el día anterior había recogido 13 pallets con productos en un centro de distribución. Pero en vez de cumplir con su ruta y entregarle sus cositas a la gente, decidió hacer “entregas personalizadas”… directo para su bolsillo.
El resultado: terminó preso y este domingo compareció ante el juez, quien le fijó una fianza de $10,000. Ahora, Adrián no solo perdió su trabajo, sino que se ganó un buen lío judicial.
Una historia más que deja claro que, aunque los paquetes digan “Prime”, las consecuencias también pueden llegar express.
