Si hay alguien que sabe cómo encender las redes sociales, esa es La Cintumbare. La influencer cubana volvió a dar de qué hablar este fin de semana con unas publicaciones que dejaron a más de uno boquiabierto… y a otros sacando espuma por la boca.
Todo empezó con una foto que, sinceramente, parece sacada de una película de narcos: La Cintumbare sentada en una cama, con una toalla en la cabeza y lo que parece ser ropa interior, rodeada de fajos de dinero. Dólares, euros, pesos cubanos… de todo había. El colchón parecía una sucursal del banco central.
La imagen no venía sola. Estaba acompañada de una frase con veneno incluido: “No a todo el mundo le gustará tu cambio porque eso les recuerda que ellos siguen igual”. ¿Indirecta para alguien? Puede ser. ¿Mensaje para los que la critican? Casi seguro. Lo cierto es que fue un “aquí estoy yo” en toda regla.
Pero como a La Cintumbare no le basta con una sacudida, al rato subió un video que terminó de rematar el día. Apareció bailando en su sala con un atuendo bien ajustado —de esos que no dejan nada a la imaginación— mientras lanzaba una frase que ya se ha vuelto viral: “Claro que voy a hacer lo que me da la gana”.
Y sí, lo hace. Porque eso es lo que ha caracterizado a esta influencer desde el día uno: la irreverencia, el “me da igual lo que digan” y el vivir sin filtros. Como era de esperar, los comentarios no se hicieron esperar. Algunos la aplaudieron por su valentía, su autenticidad y su manera de plantarse ante el mundo. Otros, en cambio, la tildaron de vulgar, exagerada o provocadora, especialmente después de su regreso forzado a Cuba tras ser deportada de Estados Unidos.
¿Y ella? Tranquila, sonriente, bailando y contando billetes. Lejos de esconderse, parece que la polémica es parte de su estilo de vida. Porque si algo ha dejado claro La Cintumbare es que no está aquí para complacer a nadie. Su mensaje es directo: vive como quieras, sin pedir permiso y sin dar explicaciones.