Hay videos que te sacuden por lo reales, por lo honestos, por lo que se atreven a decir sin filtros. Así fue el testimonio de Heidy Díaz, una cubana que vive en Estados Unidos y que se ha hecho viral en TikTok tras contar, con uniforme puesto y desde su lugar de trabajo, que ella limpia en un hogar de ancianos y no tiene ni una gota de vergüenza por eso. Es más, está feliz. Y se nota.
“No me da vergüenza decir que trabajo de housekeeping en un hogar de ancianos, ese es mi trabajo y estoy muy feliz”, dice con seguridad en el video publicado desde su cuenta @heidydiazsosa. Con una paz tremenda y una sonrisa en la cara, agradece a Dios por tener trabajo en este país que, aunque duro, le ha dado oportunidades.
Ese día, cuenta Heidy, ni siquiera le tocaba trabajar. Pero la llamaron para cubrir un turno y ahí fue ella, sin dudar. “Yo vine aquí para superarme, para salir adelante, y si yo no estoy bien, mi familia tampoco lo va a estar”. Y cierra con una frase que muchos migrantes repiten a diario: “Esto es lo que hago yo, caballero: housekeeping. Y nada, hay que trabajar”.
Pero lo más fuerte llegó después. En su video también se tiró una indirecta bien directa a quienes todavía idealizan la vida en Estados Unidos desde Cuba. “A veces la gente piensa, los que están en Cuba, que uno aquí trabaja de gerente en un hotel, de jefe… pero nada, hay que hacer lo que venga. Y me encanta mi trabajo, sinceramente”.
Las respuestas no se hicieron esperar. Cientos de mujeres, muchas también cubanas, se sintieron identificadas. “Yo también soy housekeeping y estoy orgullosa”, comentó una. Otra dijo: “Antes era jefa en Cuba, aquí limpio, pero ayudo a mi familia”. Y así, una ola de solidaridad llenó su post con frases cargadas de orgullo, dignidad y realidad.
Heidy ya ha contado antes que incluso en sus días libres trabaja limpiando casas. “Miren mis amores, el día que yo descanso estoy limpiando una casa. Aquí uno viene a trabajar, y si no trabajas, no haces nada”, dijo en otro video que también se llenó de aplausos. Porque eso es lo que hace la mayoría: trabajar duro, sin miedo y con ganas.
No está sola. Otras cubanas como “La Cubanita Soñadora” también se han enfrentado a las críticas por dedicarse a la limpieza. “¿Pena? Pena me daría tener dos manos, dos pies, y vender mi cuerpo para ganarme la vida”, respondió en otro clip que desató aplausos. Directa, clara y sin pedir perdón por ganarse la vida limpiando.
Y está el caso de Leidy Aragón, que empezó limpiando casas en Tampa por 20 dólares. Hoy tiene su propio negocio, empezó con menos de $100, una aspiradora usada y el deseo de salir adelante. Ahora es madre soltera, independiente y un ejemplo para muchas otras.
Lo que Heidy nos muestra es una realidad que pocos cuentan con orgullo: el trabajo honesto sostiene a miles de familias cubanas fuera de la isla. Con coraje, con humildad y sin esperar lujos. Como ella misma dice, cerrando con broche de oro: “El que no trabaja es porque no le da la gana, pero aquí, malo que bueno, hay trabajo, caballero”.
