Después del tan esperado encontronazo entre Saúl “Canelo” Álvarez y el cubano William Scull en la ANB Arena de Riad, la polémica no se hizo esperar. El combate, que prometía ser un duelo de alto voltaje, terminó dejando a muchos con la ceja levantada y el bostezo a flor de piel. Y claro, Scull no se quedó callado: le tiró la papa caliente a Canelo por lo apagado del show.
En una charla sin pelos en la lengua con Serebro en los deportes, el canal de YouTube del periodista Jorge Ebro, Scull fue directo al grano: “Pensé que Canelo iba a exigirme un poquito más. Pero como no apretó, la pelea se volvió monótona. Eso no fue culpa mía, fue culpa de él”. Así mismo, sin anestesia.
Según el matancero, lo que pasó en el ring no fue más que una decepción disfrazada de combate. “Canelo no me demostró nada, es un engaño. Allá en Cuba, cuando un boxeador se mueve mucho, se le cierran los espacios y no se escapa. Yo pasé por eso con Emilio Correa”, soltó con sabor a espina clavada.
Scull no se achicó en ningún momento. Aseguró que el mexicano nunca logró controlarlo y que, visualmente, entiende que el espectáculo quedó debiendo. “Me fui con un sabor amargo. Sabía que podía dar más, pero no apreté en los últimos segunditos. Mírame la cara, ni un rasguño. Ese hombre no me tocó. Parecía que estaba en una sesión suave de entrenamiento”, comentó entre frustración y orgullo.
El cubano fue tajante al defender su estilo defensivo: “Yo dominé la pelea a mi manera. Me desplacé, lo controlé todo. Pero claro, el evento era para él. No me iban a dar la victoria así tan fácil”. Y aunque no fue del agrado de todo el mundo, dejó claro que su táctica fue la correcta, al menos desde su esquina.
Lo cierto es que la pelea no calentó ni el ambiente del ring. Muchos esperaban fuegos artificiales, pero lo que llegó fue una brisa tibia. Aunque Canelo retuvo sus cuatro cinturones supermedianos y sumó su victoria número 64, el nivel del combate generó más críticas que aplausos. En redes, lo llamaron sin pelos en la lengua: “la peor pelea en la historia del boxeo, un somnífero total”.
Desde medios internacionales como el Daily Mail hasta los fanáticos más fieles, la presentación del mexicano fue catalogada de “poco convincente”. El propio Canelo se defendió tras el combate diciendo: “No me gusta pelear con este tipo de rivales. Quería dar un buen show, pero para eso se necesitan dos”. Y según él, Scull no quiso bailar ese son.
Mientras tanto, desde su nueva base en Alemania, Scull se lamenta por no haber dado más candela, aunque aclara que físicamente estaba en óptimas condiciones. Europa, dice, es un terreno más frío en cuanto a motivación: “Allá faltan esas peleas que te encienden por dentro”.
Al final del día, lo que se prometía como una guerra terminó siendo un vals sin emoción, donde cada boxeador culpó al otro por la falta de espectáculo. Lo que sí quedó claro es que, aunque Canelo sigue ganando en números, su brillo parece un poco más opaco frente a rivales que, como Scull, no se amedrentan ni se callan. ¿Revancha a la vista? Quién sabe, pero si ocurre, que traigan más fuego, por favor.