Una turista rusa terminó gravemente herida tras volcarse una minivan de la empresa estatal Transtur durante un viaje que iba desde Cayo Coco hasta La Habana. El accidente, que ha encendido las alarmas nuevamente sobre la seguridad vial en Cuba, ocurrió cerca de Jagüey Grande, en la provincia de Matanzas, y dejó a una mujer hospitalizada con lesiones serias.
Según el testimonio de uno de los pasajeros, citado por el periódico Moskovskaya Gazeta, el vehículo se salió del camino y rodó más de 150 metros por la cuneta antes de estrellarse contra una cerca y finalmente volcarse. Aunque no hay confirmación oficial, algunos apuntan a que el chofer, cubano, podría haberse quedado dormido al volante. El medio independiente Diario de Cuba también hizo eco de esta versión, aunque las autoridades no han dado declaraciones al respecto.
La afectada más grave del grupo —una mujer cuya identidad no ha sido revelada— sufrió una posible fractura en la columna vertebral y fue trasladada de urgencia a un hospital de Matanzas. La acompaña un guía turístico y un traductor, según informó el turoperador ruso PEGAS Touristik, que organizó el viaje del grupo.
Mientras tanto, el resto de los pasajeros, también rusos, sufrieron golpes menores como hematomas y raspones. De acuerdo con el informe, ninguno quiso recibir atención médica tras el siniestro.
Las imágenes del accidente, publicadas en redes sociales, muestran el vehículo con severos daños en el lado izquierdo, una señal clara de lo violento que fue el vuelco. Las autoridades rusas ya están al tanto del incidente, y también han sido informados los representantes del seguro de viaje.
La abogada Olga Ivanova, experta en estos temas, recordó que todos los turistas que entran a Cuba deben tener un seguro obligatorio. Aconsejó a los familiares de la herida comunicarse cuanto antes con la aseguradora para poner en marcha los trámites, guardar todos los recibos médicos y, si la situación lo requiere, contactar al consulado ruso en La Habana para organizar un posible traslado aéreo o tratamiento especializado.
En cuanto a posibles indemnizaciones, Ivanova advirtió que solo se podrían reclamar si se demuestra negligencia grave o si el operador turístico contrató un transporte inadecuado, algo que, según ella, es difícil de comprobar.
Hasta ahora, Transtur no ha dicho ni esta boca es mía. Ningún comunicado, ningún comentario… silencio total por parte de la empresa estatal, algo que lamentablemente ya no sorprende.
Este nuevo percance se suma a la racha de malas experiencias que han vivido turistas rusos en la Isla. Hace apenas unas semanas, dos mujeres de esa nacionalidad denunciaron haber sido asaltadas y golpeadas brutalmente mientras caminaban por una calle habanera. Cada nuevo caso pone en duda el discurso oficial de que Cuba es un “destino seguro”.
En medio del caos económico, los turistas siguen llegando, pero lo que se llevan de regreso a casa muchas veces no son recuerdos agradables, sino heridas, sustos y silencios oficiales que pesan más que cualquier maleta.