En el municipio de Mayarí, Holguín, una historia de crueldad animal ha desatado indignación entre defensores de los derechos de los animales. La protagonista de esta triste historia fue Luna, una gata que, según denuncias, fue brutalmente asesinada. Tras una investigación del Departamento de Sanidad Animal (DSA), un vecino identificado como Manolo terminó sancionado con apenas una multa de 1,500 pesos cubanos y una advertencia.
La noticia fue dada a conocer por la red Bienestar Animal Cuba (BAC), quienes explicaron que solo a Manolo se le atribuyó la responsabilidad directa por la muerte de la gata, descartando a otros dos implicados, Mabel y Alexander, por falta de pruebas. “No se hallaron elementos que los vincularan al hecho”, citó el comunicado compartido por BAC en redes sociales.
La investigación, sin embargo, dejó más dudas que certezas. Solo se escuchó a un testigo presencial, ya que otra persona clave “no compareció” para declarar. Desde BAC señalan que, aunque se logró al menos una sanción, el castigo impuesto es una burla frente al sufrimiento causado.
“Ese monto es simbólico. Nada que ver con la gravedad del maltrato”, denunció la organización, que volvió a poner el dedo en la llaga: el Decreto Ley vigente sigue sin tratar el maltrato animal como delito penal. Y ya va siendo hora de que eso cambie.
Lourdes Elena, quien cuidaba a Luna, no se conforma. Piensa seguir batallando legalmente para que todos los responsables paguen por lo que le hicieron a su gata. En su opinión, la investigación fue floja y dejó fuera testimonios importantes, lo que debilita todo el proceso.
Mientras tanto, las redes sociales estallaron. Muchos calificaron la sanción como una falta de respeto total. Comentarios como “eso no es justicia”, “la ley está pintada en la pared” o “el que no declara también debería ser sancionado” se repitieron en todas partes.
Todo comenzó a finales de abril, cuando Lourdes Elena denunció en redes sociales que tres de sus vecinos habrían lanzado a Luna desde un tercer piso y luego la golpearon hasta matarla. La publicación corrió como pólvora y recibió el respaldo inmediato de BAC.
Pero el drama no terminó ahí. Días después, la propia denunciante fue citada e instruida de cargos por supuesta difamación, lo que generó aún más críticas contra las autoridades por el trato dado al caso. Para muchos, la situación parece sacada de un mal chiste.
La muerte de Luna se ha convertido en símbolo del reclamo por leyes más duras contra el maltrato animal en Cuba. Desde la comunidad animalista, la exigencia es clara: hace falta una reforma legal que reconozca la crueldad contra los animales como lo que realmente es: un crimen.
Porque en un país donde tantas voces luchan por justicia, ni los animales deberían quedar desprotegidos.