Lo que un día fue un orgullo de La Habana, donde las familias se paseaban con los ojos brillando de emoción ante cada criatura marina, hoy parece un escenario salido de una película posapocalíptica. El Acuario Nacional de Cuba, joyita inaugurada en 1960, atraviesa una etapa crítica de abandono que ha dejado a más de uno con el corazón arrugado.
En redes sociales no paran de rodar imágenes y videos que muestran la magnitud del deterioro. Y entre esos materiales que se han vuelto virales, sobresale el testimonio de Jony y Kary, una pareja cubana que visitó el lugar y no pudo quedarse callada ante lo que vio. En su video, compartido en Facebook, contaron que lo primero que les chocó fue el aspecto descuidado del sitio: paredes con grietas, humedad por dondequiera, y muy pocas especies vivas en exhibición.
Según relatan, el ambiente parecía azotado por un ciclón. Moho en las paredes, charcos en los pasillos, estructuras oxidadas, y una zona costera sin protección. Los pocos servicios gastronómicos que aún funcionan, dicen ellos, no ofrecen ni variedad ni calidad. «Es triste ver cómo lo que fue un lugar hermoso, hoy da pena», expresaron entre rabia y tristeza.
Este testimonio ha sido solo la chispa. Muchos cubanos han soltado su frustración en los comentarios. Uno escribió, con el alma en la mano, que duele ver cómo el país se desmorona ante la indiferencia de quienes mandan. Según él, lo que más está en ruinas no son las paredes, sino la humanidad y la vergüenza de los que dirigen.
Otro usuario fue directo al grano: “En Cuba ya nada sirve… bueno, excepto los hoteles nuevos. Esos sí están pintaditos y relucientes. Claro, porque tienen inversión extranjera”. Y para colmo, una internauta dejó claro que la cosa no se limita al acuario: el Parque Lenin, los zoológicos de 26 y el Nacional, el parque 26 de Julio, Tarará, las casas de Boca Ciega… todo está cayéndose a pedazos. “Estamos echando pa’trás como el cangrejo”, dijo.
Según su sitio web oficial, el Acuario fue concebido con fines científicos, educativos y recreativos, centrado en la protección del ecosistema marino y costero. Pero esa misión se ha ido perdiendo, especialmente desde 2022, cuando varios animalistas pidieron su cierre tras la muerte de especies por falta de alimentos y cuidados básicos.
Uno de los casos más sonados fue la muerte del león marino Jocker. La noticia fue revelada por una trabajadora del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), quien explicó que la causa fue simplemente hambre. Pidió no ser nombrada, por temor a represalias, pero su testimonio bastó para encender las alarmas.
Así va el Acuario Nacional de Cuba, entre nostalgia, olvido y la desesperanza de un pueblo que ve cómo sus espacios más queridos se deshacen sin que nadie mueva un dedo. ¿Hasta cuándo esta historia? ¿Será posible devolverle la vida a este pedacito del mar en la ciudad?