Una madre cubana se volvió viral en TikTok al mostrar cuánto gastó para celebrar el primer cumpleaños de su hijo. ¿El monto? Nada menos que 9,250 pesos cubanos, lo que equivale aproximadamente a 30 dólares al cambio informal. En cualquier otro país eso podría sonar poco, pero en la Cuba de hoy, esa cifra es todo un lujo.
Globos, mantel y una vela… ¿de oro?
En el video, publicado por la usuaria @anita.cubanita64, la joven enseña con emoción los artículos que compró: globos temáticos de Paw Patrol, un mantel azul, una vela tipo bengala y un combo decorativo con globos extra y el número “1”, por el primer añito del pequeño. “Voy a hacerle un pequeño motivito, hacerle fotos”, comenta con ternura… y resignación.
¿Fiesta o sacrificio? Así están las cosas en Cuba
Lo que antes era una simple merienda con cake, juguito y piñata, hoy en Cuba puede dejarte temblando la billetera. Y es que en la isla, donde el salario promedio ronda los 4,000 pesos mensuales, gastar más del doble en decoración para una fiesta infantil se siente como una locura… o un sacrificio lleno de amor.
Celebrar se ha vuelto un lujo, y esta mamá lo demostró
Aunque en el video no se mencionan alimentos ni bebidas, el foco en la decoración ya deja claro que celebrar un cumpleaños en Cuba se ha vuelto un lujo reservado para pocos. No hablamos de un salón de fiestas ni de un show de payasos; estamos hablando solo de adornar un rincón de la casa y tomar algunas fotos para el recuerdo.
¿Crítica o admiración? Así reaccionaron en redes
El video, que ya acumula miles de visualizaciones, despertó todo tipo de reacciones. Algunos aplaudieron el esfuerzo de la madre por no dejar pasar una fecha tan especial, mientras que otros criticaron el gasto en artículos que no son de primera necesidad. Pero todos coincidieron en algo: la situación económica en Cuba está tan dura que hasta un cumpleaños se siente como un acto de rebeldía.
Una historia que refleja la realidad de miles de familias cubanas
La historia de esta madre no es única. Es el reflejo de miles de familias que, pese a las dificultades, buscan celebrar los momentos importantes con lo poco que tienen. Y aunque la decoración sea modesta y la comida escasa, el cariño no tiene precio.