Un incendio encendió las alarmas este viernes en el municipio de Artemisa, cuando las llamas arrasaron un almacén estatal y alcanzaron viviendas cercanas, generando tensión entre los vecinos de la zona industrial.
El siniestro ocurrió en el almacén de la UEB Talleres Agropecuarios Artemisa, ubicado en plena Ciudad Industrial, según reportó el periódico oficial El Artemiseño. Hasta el momento, no se reportan heridos ni víctimas fatales, aunque los daños materiales ya son motivo de preocupación.
Los bomberos, que llegaron echando humo desde distintos puntos de la provincia, se fajaron duro para controlar el fuego y evitar que se propagara más allá del área afectada. Gracias a la rápida actuación, se pudo contener el incendio antes de que causara un desastre mayor.
Las autoridades todavía están investigando qué fue lo que provocó el fuego, y tampoco han dicho cuántas casas resultaron dañadas, pero sí se sabe que el incendio alcanzó inmuebles aledaños, sembrando el miedo entre los vecinos que vieron de cerca cómo el fuego se les venía encima.
Este no es un hecho aislado. En las últimas semanas, Cuba ha estado lidiando con una racha peligrosa de incendios, que han sacado a relucir la fragilidad de las infraestructuras y las dificultades del sistema de respuesta ante emergencias.
Hace apenas unos días, otro incendio estalló en un apartamento del edificio 18 Plantas en el Reparto Caribe, en Guantánamo. Por suerte, tampoco hubo heridos allí. En marzo, otro fuego en Alamar dejó pérdidas materiales severas. Ese mismo mes, en Lawton, La Habana, un hombre terminó en cuidados intensivos tras otro siniestro. Y en enero, en Santiago de Cuba, el humo en el Reparto Abel Santamaría provocó una gran movilización, aunque sin víctimas.
Todo esto apunta a un problema serio: la seguridad contra incendios en la isla está cogida con alfileres. Entre instalaciones mal conservadas, redes eléctricas sobrecargadas y escasez de recursos, los incendios se están volviendo parte del paisaje, y eso no debería ser normal.
Lo de Artemisa es un campanazo más que nos recuerda que en medio de la crisis, también arde la urgencia por proteger lo poco que nos queda.