Desde su tribuna digital en Hola! Ota-Ola, el presentador cubano Alex Otaola no se anda con rodeos. Una vez más, el influencer ha levantado la voz para exigir que se denuncie a los represores del castrismo que han logrado colarse en Estados Unidos como si nada, metidos en el disfraz de ciudadanos comunes, cuando en realidad tienen las manos manchadas de abuso y represión.
Con su estilo directo y sin pelos en la lengua, Otaola volvió a dejar claro que muchos de estos personajes mienten descaradamente en sus entrevistas migratorias, ocultando su pasado en el Partido Comunista de Cuba o su participación activa en la represión del pueblo cubano. Y eso, como él dice, es una burla para todos los que luchan por la libertad.
Uno de los casos que puso sobre la mesa fue el de Yosbel Nieves, un supuesto represor del 11 de julio en San Nicolás de Bari, provincia de Mayabeque, quien ahora estaría residiendo en Kansas City. Según Otaola, este individuo fue parte de los cuerpos represivos que salieron a callar al pueblo mientras exigía, con el corazón en la mano, un cambio real para Cuba.
«Todos los días te estoy diciendo nombres, apellidos y leyéndote las denuncias que manda la gente», soltó Otaola, haciendo énfasis en que la comunidad cubana en el exilio no puede quedarse callada. Porque cada vez que uno de estos personajes pisa suelo libre, con visa en mano y sonrisa de cordero, es como si le dieran una patada en la cara al sacrificio de tantos que aún siguen en la isla aguantando palo.
Pero ahí no quedó la cosa. El presentador también señaló a Malvys Guerra, una supuesta represora de Holguín que ahora vive tranquila en Nueva York, y mencionó otro caso más en Miami. “Es el colmo del descaro”, dijo, mientras dejaba caer la crítica sobre la doble moral de estos comunistas, que un día defienden al régimen y al otro están haciendo mercado en Walmart como si fueran parte del sueño americano.
Otaola no está llamando a una cacería de brujas, pero sí a la responsabilidad cívica de quienes conocen estos casos. Porque si hay algo que él ha dejado bien claro es que los que oprimen no deberían tener espacio en tierras de libertad. Y menos si llegan mintiendo, traicionando el sistema que los acoge y escupiendo sobre la dignidad de quienes sí lucharon por un futuro mejor.
En medio del ruido político, de las redes sociales saturadas y los discursos vacíos, el llamado de Otaola sigue siendo firme y urgente: si conoces a uno de estos personajes, denúncialo. No es venganza, es justicia. ¿Y tú, qué harías si te topas en la esquina con el mismo que un día te gritó “gusano” mientras te empujaba a un patrullero?
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