Si pensabas que en las costas cubanas solo aparecían caracoles y botellas vacías, piénsalo de nuevo. El Ministerio del Interior (MININT) acaba de informar que dos embarcaciones, una de ellas una moto acuática, fueron encontradas en aguas territoriales de la provincia de Camagüey. Y como ya es costumbre, no se quedaron ahí flotando mucho rato: el gobierno las confiscó en tiempo récord.
El MININT no perdona: si flota y no tiene dueño, se queda en Cuba
Tal como manda la famosa Resolución No. 1/2015, todo bote, lancha o motico acuático que aparezca sin dueño en aguas cubanas pasa directamente a manos del Estado. Y en este caso no fue la excepción. La primera “víctima” fue una moto acuática sin nombre, negra y amarilla, con matrícula gringa (FL3058TC). La encontraron el pasado 26 de abril en la zona de Quebrado el Real, en Nuevitas.
¿Detalles técnicos? Tenía casco de fibra de vidrio, motor Yamaha de cuatro cilindros y medía poco más de tres metros. En resumen: no era un trasto, era una máquina bien armada para andar a toda velocidad.
Otra lancha sin matrícula, directo al inventario estatal
La segunda embarcación fue hallada el 12 de diciembre de 2024 en Estero Los Negros, municipio de Esmeralda. Tampoco tenía nombre ni matrícula visible (¡sorpresa!), pero sí venía con motor Yamaha de 60 caballos. Toda blanquita, hecha de fibra de vidrio, y con unas dimensiones bastante respetables: cinco metros de largo, casi dos de ancho.
Ambas embarcaciones fueron decomisadas sin demora, y como señala el comunicado, si alguien siente que le quitaron lo suyo, tiene 20 días para reclamar. Eso sí, hay que escribirle al Jefe de Tropas Guardafronteras, así que… suerte con eso.
No es la primera vez que aparecen “botes fantasma”
En abril ya se habían reportado casos similares. En Matanzas encontraron dos más: una lancha con el nombre “DABID DIEHEL” escrito a mano (¡sí, con B y H!) y otra cerca del hotel Sirenis Tropic, en Cárdenas. Todas sin dueño, sin matrícula, y muchas veces, sin explicación.
¿La razón detrás de tanto abandono marítimo? Bueno, se sospecha que muchas de estas embarcaciones son utilizadas por contrabandistas, traficantes o migrantes que, tras completar su “misión”, las dejan a la deriva en la isla.
Final de la historia: si llega a Cuba, es de Cuba
Así están las cosas en la costa: si tu bote termina en aguas cubanas y no estás rápido para reclamarlo (y con buena justificación), el gobierno lo suma a su colección. Así que ya sabes, si eres de los que sueña con cruzar el mar en una moto acuática, más vale que regreses por ella… o la pierdes para siempre.