Hay historias que inspiran y otras que te sacan lágrimas de orgullo ajeno. Esta tiene un poco de ambas. Haivyl López, una cubana de 48 años, celebró el Día de las Madres de la manera más épica posible: con toga, birrete… ¡y al lado de su hijo en una ceremonia de graduación!
Haivyl y su hijo Sebastián Vera, de apenas 20 años, se graduaron juntos del Miami Dade College el pasado 26 de abril. La noticia la compartió El Nuevo Herald y desde entonces no ha dejado de tocar corazones. Porque no todos los días ves a una madre y a su hijo lograr ese sueño al mismo tiempo, y menos siendo migrantes cubanos que lo han pasado todo.
Ella es de Matanzas y llegó a Miami en el año 2000. En Cuba estaba a punto de graduarse de Biología, pero decidió dejarlo todo y emigrar junto a su esposo rumbo a España primero, y luego a Estados Unidos. Desde entonces, su vida ha sido una montaña rusa de sacrificios, trabajo duro… y mucha fe.
Sebastián confesó con emoción que su mamá “lleva más tiempo en la escuela que él” y que se sentía increíblemente orgulloso. Y no es para menos. Haivyl no solo crió a sus hijos en un país nuevo, sino que construyó una carrera sólida en el sector bancario. Comenzó como cajera tras aprender inglés y hoy es vicepresidenta y asesora de patrimonio en Truist Bank, atendiendo clientes de alto nivel en Florida.
Pero el camino no fue fácil. Hubo un divorcio, la cirugía cerebral de Sebastián cuando tenía apenas 14 años, y la trágica muerte de su exesposo en un accidente de bicicleta en 2022. A pesar de todo, Haivyl nunca dejó de tomar clases. A veces una por semestre. Poco a poco, sin rendirse.
Y así fue como, en una reunión con su asesora académica, se dieron cuenta de que tanto ella como Sebastián solo necesitaban una materia más para graduarse. ¡Boom! Se alinearon los planetas.
Ella se graduó con una licenciatura en Supervisión y Gestión, con especialización en Liderazgo e Innovación Gerencial. Sebastián, por su parte, obtuvo su título de asociado en Finanzas y ahora va camino a FIU para seguir preparándose. Además, administra el negocio de tapicería que le dejó su padre.
¿El resumen? Esta historia no es solo sobre títulos universitarios, sino sobre amor, coraje y el poder de nunca rendirse. Porque cuando madre e hijo caminan juntos, hasta los sueños más grandes se hacen realidad.