Después de semanas de angustia, finalmente llegó la noticia que su familia tanto esperaba: una mujer desaparecida desde abril en Santiago de Cuba fue encontrada con vida en un hospital, gracias al gesto solidario de una enfermera que se tomó el trabajo de avisar.
La historia fue confirmada por el periodista Miguel Reyes y celebrada en redes por familiares y amigos, quienes no perdían la esperanza de encontrarla. Su prima, Aliuvy Horruitiner, compartió este sábado que la mujer está de vuelta en casa y que fue localizada en un hospital del Caney, un poblado del municipio Santiago de Cuba.
“Ya apareció la hermana de Yoendris, desaparecida desde abril… gracias a todos los que hicieron posible encontrarla. Hoy está en casa con su familia. Gracias infinitas”, escribió emocionada Aliuvy.
Una enfermera fue la clave
El reencuentro no habría sido posible sin una enfermera del hospital, quien, al identificar a la mujer, se comunicó con sus familiares. Este pequeño gesto fue clave para ponerle fin a semanas de incertidumbre.
“Ya mi hermana apareció. Que Dios te lo multiplique”, escribió Yoendri Lamoth Vicente, el hermano de la desaparecida, quien había denunciado públicamente el caso el mes pasado.
Una historia con muchas aristas
Según contó Yoendri, su hermana —nacida el 22 de febrero de 1985 y madre de dos niñas— vive en el reparto Chicharrones y padece una condición mental que no fue especificada, pero que le provoca crisis por temporadas. Algunas de esas crisis pueden durar entre 15 días y un mes, pero luego se estabiliza y vuelve a la normalidad.
Antes de desaparecer, la mujer había viajado a Jarahueca, un sitio vinculado a su pasado, ya que allí vivió con su exesposo (actualmente radicado en Camagüey). Fue la última vez que su familia supo algo de ella.
Un caso que refleja una realidad mayor
Lo que vivió esta familia no es un caso aislado. En los últimos meses, la preocupación por personas desaparecidas en Cuba ha crecido, sobre todo en casos donde hay condiciones de salud mental de por medio. A esto se suma la escasez de medicamentos, la crisis del sistema de salud, y el desinterés de las autoridades, que muchas veces no reaccionan con la urgencia necesaria.
Esta historia tuvo un final feliz, pero ¿cuántos casos similares no corren la misma suerte? El contexto actual de violencia, precariedad y abandono institucional hace que muchas personas vulnerables, como esta mujer, caigan en el olvido sin que nadie se entere.
Gracias a una enfermera —y a la persistencia de una familia que no se rindió—, esta historia cerró con un abrazo. Pero también nos deja una pregunta abierta: ¿qué más tiene que pasar para que se tomen en serio las desapariciones en Cuba?
