Si hay un plato que divide a los cubanos es el quimbombó con carne de puerco. Que si la baba, que si el olor, que si queda espeso o muy aguado… Pero para eso llegó Anita, mejor conocida en Instagram como @anarelysabascal, a poner orden en la cocina con su receta tradicional y, lo mejor de todo, su truco infalible para quitarle la babita al quimbombó.
Esta cubana de pura cepa ha enamorado a sus seguidores con este clásico de la comida criolla, donde sabor, sazón y sabiduría popular se juntan en una olla. Porque si hay algo que sabe Anita, es que no se puede andar sirviendo quimbombó “en plato llano”, como decían las abuelas.
El truco para decirle adiós a la baba
La magia empieza con la estrella del show: el quimbombó. Anita lo lava bien, lo corta en rueditas finas y, ojo, le echa un chorrito de vinagre mientras lo hierve con poca agua. Esa es la clave. “Así le cortas la babita”, dice ella mientras remueve el vegetal hasta que se le va esa textura babosa que tantos odian.
Y no se trata solo de quitarle la baba por gusto. Con este paso, el guiso queda más espeso, más rico, y no se desparrama por el plato. Un detalle que, si cocinas para familia o amigos, te hace quedar como chef profesional aunque solo tengas sazón de abuela.
El sofrito y la presión
Mientras el quimbombó se va secando, Anita se pone en lo suyo con un sofrito bien criollo: cebolla, ajo, pimiento, y luego los dados de carne de puerco que ya tiene aliñados. Le añade sal, un toquecito de salsa de tomate, y todo para la olla de presión.
Después de unos minutos, la carne está suave y jugosa. Es ahí cuando une el guiso con el quimbombó ya desbabado, y lo mete de nuevo en la olla de presión por cinco minuticos más. El resultado: una bomba de sabor que huele a domingo en casa de la abuela.
El final feliz: arroz y platanitos
¿Y cómo se sirve esta delicia? Como Dios manda: con arroz blanco desgranado y unos platanitos fritos bien doraditos. Anita no solo comparte recetas, comparte recuerdos de infancia, tradición y sabor cubano en cada video. Y eso se nota: los comentarios en su publicación no paran de agradecerle por rescatar ese plato que tantos dejaron de hacer por culpa de la dichosa baba.
Este es uno de esos platos que huelen a Cuba, que saben a hogar, y que gracias a Anita vuelven a las mesas de muchos cubanos, estén donde estén. ¡Y sin pasar trabajo!