En TikTok se ha hecho viral el video de una cubana que vive en México y que decidió contar su experiencia como migrante sin adornos ni cuentos de hadas. Se llama Jenni (@calderinjenni) y soltó seis consejos que han hecho eco entre quienes andan en el mismo proceso de adaptarse a una nueva vida fuera de Cuba. Sus palabras, sinceras y llenas de sentido común, han provocado tanto aplausos como críticas, pero lo que sí está claro es que no dejó a nadie indiferente.
Jenni empieza diciendo que lo primero que le ayudó a sobrevivir el choque de emigrar fue ponerse metas pequeñas, pero claras: comprarse una cama, una olla, un refrigerador. Nada del otro mundo, pero en un país nuevo, eso es tener el cielo ganado. Dice que esos objetivos le dieron impulso y sentido a sus días, y le ayudaron a no perderse en la nostalgia o el caos.
Otro punto clave que menciona es trabajar duro y ser honesto. Puede sonar a cliché, pero ella insiste en que eso abre puertas. No se trata solo de sobrevivir, sino de echar raíces y poder avanzar con seguridad. Además, recomienda que el que llegue a un nuevo país se proponga ahorrar, aunque sea poquito. Tener algo guardado no solo da tranquilidad, también sube la autoestima, dice Jenni.
Pero uno de los consejos más discutidos fue el que soltó con total franqueza: “Primero tienes que estar bien tú, antes de mandar dinero a tu familia”. Duro, pero real. Porque muchos migrantes caen en el error de vaciarse por ayudar a los de allá, sin haber construido nada aquí. Y eso, a la larga, pasa factura.
También advirtió sobre las falsas expectativas que muchos tienen antes de salir de Cuba. Según ella, idealizar la migración solo lleva a decepciones. Cada quien tiene su proceso, su ritmo y sus circunstancias, y lo que le funcionó a otro no necesariamente te va a funcionar a ti. “No te compares. Sé tú y traza tu propio camino”, recalca.
Su testimonio tocó fibras. Muchos usuarios —especialmente mexicanos— la felicitaron por su madurez y le dieron la bienvenida. Algunos incluso le ofrecieron trabajo, otros le dejaron mensajes de ánimo y admiración. Para muchos, su historia fue un espejo donde vieron reflejadas sus propias batallas.
Pero como siempre pasa en redes, también hubo comentarios tóxicos. Desde los típicos “¿y cuándo te vas a regresar?” hasta los que le exigían que “aporte a la sociedad mexicana”. No faltaron los xenófobos de siempre con su “otra cubana más”, ni los que confundieron consejos con propuestas de matrimonio.
Lo cierto es que la historia de Jenni se suma a las de muchas otras cubanas que están contando su verdad desde México. Como Gley, que relató su viaje desde Cuba a Tapachula con escala por media Centroamérica. O Maryfra, que responde con elegancia a los que le dicen que se devuelva a Cuba. O Michel Crónicas, que compara con humor las carencias de la isla con las posibilidades que ha encontrado en México. O Elizabeth, que dijo que solo en México pudo comprarse algo con su propio dinero por primera vez en su vida.
Todas estas historias dejan claro que emigrar no es fácil, pero para muchos es la única forma de recuperar la dignidad. Y aunque haya rechazo, críticas o ignorancia, también hay solidaridad, oportunidades y sobre todo, fuerza. Una fuerza que viene de saber que, al fin, uno puede construir una vida sin depender de nadie… ni de ningún sistema.