Si alguna vez has pensado que los sueños americanos solo están al alcance de unos pocos, espera a conocer a Dilen Perdomo, una madre cubana que lleva 25 años en Estados Unidos demostrando lo contrario. Su historia no es de lujos ni de suerte, sino de sacrificio, fe y una ética de trabajo que la ha convertido en ejemplo para muchos inmigrantes.
Dilen llegó desde Cuba con un solo objetivo: darle un futuro digno a su familia. Hoy, maneja su propio food truck en el sur de la Florida, especialmente en la zona de Miramar, aunque su casa está en Hialeah. ¿Lo curioso? Lo hace completamente sola, sin socios, sin inversionistas, sin respaldo… solo con ganas y café bien cargado.
¿A qué hora empieza su día? A las 2:30 de la madrugada. Sí, mientras muchos duermen, ella está comprando suministros, preparando ingredientes y montando todo para arrancar su jornada laboral. Y lo hace con una sonrisa. Porque aunque el trabajo es duro, para ella vale la pena vivirlo en “el mejor país del mundo”, como dijo en una entrevista con el periodista Javier Díaz, de Univisión.
Claro que no todo ha sido color de rosa. Como muchos otros pequeños negocios, su food truck ha sentido el golpe de la inflación y los altos costos. Pero Dilen no se queja. Todo lo contrario. Tiene fe en que con trabajo y constancia, “aquí siempre obtienes lo que quieres”, asegura con convicción.
Su motor no es el dinero ni la fama. Es su familia. Cada plato que vende, cada madrugada sin dormir, cada kilómetro que recorre con su camión, lo hace pensando en ellos. En que sus hijos vivan mejor, en que su sacrificio no haya sido en vano.
Y para esos cubanos que recién llegan, con ansiedad, miedos y mucha incertidumbre, Dilen lanza un consejo que viene desde el corazón: “No cometan delitos. Sean pacientes, que a todos les llegarán sus papeles en Estados Unidos”.
Su historia no solo inspira, también recuerda que el camino del inmigrante no es fácil, pero sí posible. Porque cuando se mezclan esfuerzo, honestidad y esperanza, los frutos llegan. A veces tarde, a veces temprano. Pero llegan.
