El Día de las Madres es una fecha de abrazos, llamadas, flores y mensajes cursis… pero también puede ser un recordatorio brutal del sacrificio que muchas mujeres hacen al emigrar. Así lo dejó claro Fariri López, una madre cubana que vive en Estados Unidos y que compartió un video en TikTok que ha hecho llorar a miles. Sentada en su carro, con lágrimas corriéndole por la cara, dijo más con una frase que con mil palabras: “Cuando te llaman tus hijos y te dicen ‘mamita, otro año más sin estar juntos’”.
Ese clip, corto pero poderoso, no solo mostró el dolor de Fariri. Reflejó el de tantas madres cubanas que han tenido que tomar una decisión durísima: irse del país para buscar un futuro mejor, aunque eso signifique pasar años separadas de sus hijos. En su caso, ya van seis. Seis Días de las Madres en soledad, con una videollamada como consuelo.
Pero lo más fuerte fue lo que vino después: una ola de comentarios de otras mujeres que se sintieron identificadas. El video se volvió una especie de confesionario virtual. Madres de todas partes comenzaron a contar sus historias, sus ausencias, sus dolores. “Tres años sin ver a mis hijos”, escribió una. “Cada fecha importante es una puñalada en el corazón”, agregó otra.
No fue un simple video triste. Fue una catarsis colectiva. Un desahogo donde las emociones no se midieron. Hubo llanto, sí. Pero también palabras de aliento, fe y una sororidad brutal que se siente incluso detrás de una pantalla.
Fariri, conmovida por tantas respuestas, no se quedó callada. Respondió a muchas con mensajes llenos de amor y coraje. “Así es, lo duro del emigrante”, escribió. Y en otro comentario soltó una verdad que muchos sienten pero pocos dicen: “Ellos nos dan fuerza, pero este proceso es mortal”.
A pesar de tanta tristeza, también hubo destellos de esperanza. Madres que ya lograron reunirse con sus hijos compartieron sus finales felices. Otras recordaron que el tiempo de Dios no falla, y que la lucha, aunque duela, vale la pena.
En este Día de las Madres, miles de cubanas lejos de casa no celebraron con flores, sino con recuerdos, nostalgia y videollamadas. Pero también con una red de apoyo que, aunque virtual, es tan real como su amor de madre.