En medio de una Cuba que no da tregua con la crisis, una joven se robó el show en TikTok al presumir —con tono de relajo— un lujoso Ford Mustang azul parqueado en pleno corazón de La Habana. El clip, corto pero picante, no tardó en hacer olas en redes sociales y levantar más de una ceja.
Con el Mustang brillando detrás y la cámara en modo selfi, @camilacarballooficial suelta con chispa: “Señores, me acabo de comprar un Mustang, para que después digan que en Cuba no hay dinero. No se los enseño por dentro para que no sufran… pero de que está bonito, está bonito”.
La publicación se fue viral en un dos por tres, desatando una avalancha de comentarios entre el cachondeo y la crítica. Algunos se tiraron la talla con frases como “Eso fue en pesos cubanos, fijo”, mientras otros no se tragaron el chiste y soltaron que el video era una falta de respeto, considerando lo que se está viviendo en la isla.
Aunque no se ha aclarado si el carro es realmente suyo o solo lo usó para el video, lo cierto es que el Mustang se convirtió en símbolo viral de una realidad cubana cada vez más surrealista: la mayoría haciendo malabares para comer, mientras unos pocos se dan el lujo de pasearse en carros de película.
Este tipo de publicaciones —entre la sátira y el espejismo— pone sobre la mesa las profundas desigualdades que marcan el día a día del cubano de a pie. En un país donde escasea hasta el pan, ver un auto como ese provoca desde risas hasta rabia contenida.
La joven, sin querer queriendo, tocó una fibra sensible. Y es que la Cuba de hoy es ese contraste brutal entre la guagua reventá y el Mustang reluciente, todo en una misma esquina. Así están las cosas en esta isla donde el sentido del humor sigue siendo, a veces, el único lujo verdaderamente compartido.