Una nube de dolor y rabia cubre al municipio de Morón, en Ciego de Ávila, tras el brutal asesinato de Denis Rodríguez, un vecino muy querido por todos. La noticia ha corrido como pólvora por el barrio, dejando a muchos sin palabras y a otros exigiendo justicia con el corazón en la mano.
Según contaron en redes sociales amigos, familiares y gente de la zona, el presunto asesino sería el exmarido de la actual pareja de Denis, una historia que parece sacada de una novela oscura pero que, lamentablemente, es parte de la realidad que estamos viviendo.
Testigos aseguran que el atacante lo apuñaló al menos once veces, en un arranque de violencia desmedida que ha estremecido a la comunidad. La página local La Tijera compartió varios testimonios donde se destaca el enorme cariño que la gente le tenía a Denis. “Era una tremenda persona”, escribió Ismael Romo en Facebook, reflejando el sentir de muchos.
Las redes se llenaron de mensajes de despedida que pintan el perfil de Denis como un hombre bueno, trabajador, alegre y amigo de sus amigos. Para algunos era “carismático”; para otros, simplemente “de los que no se olvidan”.
La rabia también se hizo presente. Katia de Jiménez fue clara: pidió que “le caiga todo el peso de la ley, sin contemplaciones, al asesino”. Y no fue la única. Decenas de comentarios exigieron justicia rápida y sin maquillaje. El pueblo no quiere más impunidad.
El caso volvió a poner sobre la mesa el tema de la violencia de género y la impunidad. Una usuaria comentó con indignación: “Ya esto no tiene límites. ¿De verdad la vida de un ser humano vale menos que la de un animal?”. Sus palabras resumen un clamor que ya no se puede seguir ignorando.
Hasta ahora, las autoridades no han soltado prenda sobre la captura del sospechoso ni han dado declaraciones oficiales. Pero lo que sí está claro es que la presión popular va en aumento y el reclamo de justicia no va a apagarse con el tiempo.
Y lo más preocupante es que este no es un caso aislado. Morón y toda la provincia de Ciego de Ávila vienen acumulando hechos violentos que alarman a cualquiera. En enero, Yakin Vidal Lobaina, un muchacho de 22 años, fue asesinado en el mismísimo Parque Martí tras una discusión por fútbol. El agresor también usó un arma blanca. ¿Hasta cuándo?
En marzo, el cuerpo del profesor José Alberto Campo Cruz apareció en el patio de una casa. Llevaba desaparecido desde enero. La investigación apunta a un conocido que lo mató tras una discusión. Otro hecho más que se suma a esta cadena de tragedias.
Y cómo olvidar el caso de Yaricza Chávez, madre de una niña pequeña, que fue asesinada de un disparo por su exesposo en el reparto Lugones. Todo esto en apenas unos meses. El patrón es claro: la violencia va en alza, y la gente está aterrada.