Cuando creías que ya lo habías visto todo en Cuba, llega Laritza Camacho —locutora, presentadora y voz sin pelos en la lengua— y te recuerda que la basura en las calles no es solo un tema de feo panorama… es un peligro real para la salud, y una bomba de tiempo que huele mal, literalmente.
En un post de esos que pican, arden y hacen pensar, Laritza volvió a levantar la voz en Facebook para denunciar el caos con la recogida de basura en la isla. Su reflexión mezcla ironía con verdades duras, y una crítica afilada a un sistema que ni limpia, ni deja limpiar.
“Tenemos basura para exportar”
Con esa frase que ya es viral, Camacho soltó una de esas verdades incómodas: “Cuba podría ser una excelente exportadora de basura… porque admito que tenemos basura para exportar, pero tal vez no hay dinero para procesarla. Claro, tampoco tenemos conciencia”, escribió. Y sí, aunque suene gracioso, duele de lo real que es.
Mientras en otros países convierten los residuos en energía o negocios sostenibles, en Cuba las esquinas se llenan de lomas de basura que nadie recoge, y lo peor: ni el Estado actúa ni deja actuar a privados que pudieran resolver parte del problema.
Cuando la basura enferma
Pero el asunto va mucho más allá del asco visual. Laritza le mete el dedo a la llaga sanitaria: plagas, hepatitis, virus, ratas como gatos y malos olores que nadie puede evitar. Todo esto en un país donde faltan medicamentos, médicos y hospitales en buen estado. Un cóctel explosivo.
Ella lo dice claro: “La pestilencia y las ratas, la hepatitis y los virus de la materia orgánica que se descompone” están haciendo estragos. ¿Y las autoridades? Bien, gracias.
¿Soluciones? Las hay… si dejaran
A diferencia de muchos críticos, Camacho no solo señala problemas, también propone soluciones: crear Mipymes recolectoras de residuos, promover el reciclaje básico, usar composteras comunitarias, y generar empleos a partir de la basura. Pero claro, todo eso requiere voluntad… y dejar de poner trabas por gusto.
Como ella misma escribió: “Esa basura mezclada no genera ingresos, ni conciencia ciudadana, ni felicidad alguna”.
Contra la propaganda vacía
En uno de los momentos más ácidos de su publicación, se burla del discurso oficialista. “Las pacas no tendrían que decir Patria o Muerte… cada basura recogida evita muertes, enfermedades y plagas… o sea, son buenas para la patria”, soltó. Y para rematar propuso su propio eslogan alternativo: “¡Basura contra bloqueo!”. Irónico, sí. Pero necesario.
Un llamado que huele a urgencia
Laritza cierra su mensaje con un tono directo, como quien sabe que ya no hay tiempo para rodeos: “A los dueños de las calles, les digo que es URGENTE (…) no vaya a ser que nos pongamos a discutir por la basura… esa, al menos en Cuba, alcanza y sobra”.
Lo que ella dice no es nuevo, pero pocas veces se dice con tanta claridad, y con el corazón en la mano. La basura, en Cuba, ya no es solo desecho: es reflejo del abandono, síntoma de un sistema enfermo, y señal de que algo huele mal… y no solo en las calles.
