Ni el perreo más caliente ni el dembow más salvaje pueden esconder lo que realmente mueve el alma: el corazón. Y eso lo sabe muy bien Bebeshito, el reguetonero cubano que esta vez decidió guardar el flow para sacar lo que muchos llevan por dentro. Su nuevo tema “Maldita distancia” ha hecho lo que pocos creían posible: poner a llorar a medio mundo… incluyendo a los que juran que el reguetón es puro vacilón sin contenido.
En un video que compartió desde su carro, con la voz entrecortada y los ojos vidriosos, Bebeshito escuchaba su propia canción con un nudo en la garganta. “Solo los que tienen un ser querido lejos entenderán”, escribió. Y sí, cualquiera que haya tenido que separarse de mamá, de la abuela, de los suyos, sabe que esas palabras duelen más que cualquier canción de despecho. En un país donde la emigración ha partido tantas familias, el Día de las Madres se vive con más lágrimas que abrazos.
Y es que “Maldita distancia” no es solo una canción, es un grito desde lo más hondo. Es ese suspiro ahogado cuando ves a tu madre por videollamada, ese “te extraño” que no cabe en un mensaje de WhatsApp, ese dolor de saber que los abrazos tienen fecha de espera. En solo dos días, el tema ya iba camino al medio millón de vistas en YouTube, convirtiéndose en la banda sonora no oficial de los que están lejos, pero con el corazón atado a la Isla.
La canción ha tocado tantas fibras que los comentarios en redes sociales no paran: “Esta canción es para llorar”, “Me hiciste recordar a mi mamá”, “Es como si hablaras por mí”. Bebeshito se metió en la piel del cubano promedio, ese que vive dividido entre la esperanza y la nostalgia, el que canta duro pero por dentro se le parte el alma.
Y por si fuera poco, el artista no se quedó solo en palabras. A pesar de estar lejos, le envió mariachis, flores y joyas a su madre y su abuela en Cuba. Una serenata que traspasó el lujo para convertirse en un abrazo simbólico. En sus historias de Instagram lo dijo clarito: “Las amo mucho y las extraño un montón”. Porque a veces, no importa cuántas giras tengas o cuántos seguidores sumes, lo que más duele es el vacío de no poder decir “feliz Día, mami” en persona.
Este gesto y esta canción han hecho que muchos cubanos, dentro y fuera, se vean reflejados. Porque la distancia puede ser maldita, pero la música, cuando es sincera, une hasta lo que el mar separa.
