En La Habana no hay quien se aburra, pero esta vez no fue por una fiesta o un reguetón a todo volumen, sino por un accidente que pudo haber terminado muy mal. Resulta que un conductor, presuntamente vencido por el sueño, perdió el control del carro y terminó chocando contra un poste eléctrico en el barrio de La Timba, allá en Plaza de la Revolución. Sí, como lo lees: el hombre, según cuentan los vecinos, se quedó “roque” al volante.
El suceso fue compartido en Facebook por William Prado, miembro del grupo “ACCIDENTES BUSES & CAMIONES por más experiencia y menos víctimas!”, una página donde la gente ya tiene más sustos que en una película de terror. Según su publicación, el hecho ocurrió en la calle 39, entre 2 y 4. No soltó mucho detalle, ni del chofer ni de posibles heridos, pero el susto fue de película.
“Al parecer el hombre se quedó dormido, esto fue ahora mismo…”, escribió Prado. Y con eso bastó para que medio internet cubano se pusiera a comentar. Aunque todavía no hay confirmación oficial ni sobre los daños a la electricidad ni si hubo otras personas afectadas, el choque dejó claro que el cansancio al volante no es juego.
Y lo peor es que este no es un caso aislado. La capital últimamente ha visto una racha de accidentes que parece no tener fin. Muchos por sueño, otros por fallos mecánicos, y en muchos casos, por el mal estado de las calles. Todo un cóctel explosivo.
Y para colmo, aunque los accidentes bajaron en número en el primer trimestre de 2025, los muertos… ¡aumentaron! Así mismo lo reportó el mismísimo ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, en su Facebook. ¡Ironías de la vida! Menos choques, pero más tragedias.
De enero a marzo se reportaron 1,738 accidentes, o sea, 144 menos que el mismo periodo del año anterior. También hubo menos lesionados. Pero los fallecidos subieron de 146 a 173. Sí, 27 muertes más. Un número que duele.
El ministro señaló que marzo fue el peor mes, donde más se sintió el aumento de muertes por accidentes. Además, provincias como Villa Clara, Cienfuegos, Granma y Las Tunas están viendo más choques que una novela turca. Y en cuanto a muertes, La Habana, Ciego de Ávila y Camagüey lideran el ranking más triste del país.
Cienfuegos, Las Tunas, Camagüey y hasta Holguín y Santiago también vieron crecer la cifra de heridos. En resumen: estamos en candela.
Rodríguez fue claro en una cosa: “una familia nunca vuelve a ser la misma después de perder a uno de sus miembros por un accidente que pudo ser evitado”. Y tiene toda la razón. Pero, ¿qué se está haciendo realmente para evitar estas tragedias?
Porque una cosa es echarle la culpa al “factor humano”, como hace el gobierno en todos los reportes. Pero otra muy distinta es asumir la parte que les toca. El mal estado de las carreteras, la falta de señalización, el caos del transporte público que obliga a cualquiera a montarse en lo que aparezca, también son parte del problema.
El año pasado, las autoridades dijeron que el 91% de los accidentes fueron culpa de los conductores. Que si distracción, que si exceso de velocidad, que si no respetaron el paso. Pero se les olvida que muchos autos en Cuba tienen más años que sus propios choferes, y andan por calles que parecen trincheras.
Sumemos el alcohol, la falta de controles técnicos, los conductores que no descansan lo suficiente… y ya tienes la receta completa para el desastre.
Encima, el propio gobierno admite que el 75% de las carreteras están en mal o regular estado. ¿Y los recursos para repararlas? Bien, gracias. El ministro dijo que no hay equipos ni dinero, y que encima se han desviado fondos destinados a las vías hacia “otras áreas”. ¿Cuáles? Eso no se dice.
La peor parte está en los caminos de montaña y las zonas rurales. Esos ni con GPS te salvan. Y como no hay equipos para arreglarlos, ahí siguen, esperando por un milagro.
Mientras tanto, los cubanos siguen manejando entre baches, sin luces, y con carros que deberían estar en un museo. Y cuando pasa una desgracia como la de La Timba, lo único que queda es rezar y compartirlo en Facebook.
