Las redes sociales pueden ser un lugar increíble para conectar, reírse y compartir… pero también tienen su lado más oscuro. Y esta vez, esa oscuridad tocó a la influencer cubana Claudia Artiles, quien no se quedó callada y denunció públicamente amenazas dirigidas a su hijo Marlon, un niño de apenas dos años que ha robado corazones en la comunidad cubana online.
A través de sus historias de Instagram, Claudia soltó toda su indignación luego de que durante un live en TikTok alguien amenazara de muerte a su hijo, quien además tiene síndrome de Down. Un ataque bajo y cruel que, como era de esperarse, la puso en pie de guerra. “Mucho ojo a las amenazas con respecto a mi hijo”, dijo sin titubear. “Mi hijo es mi eslabón débil, pero cuando tú te refieres a una amenaza, estamos hablando en otro idioma. La denuncia va”.
Y no se quedó ahí. Claudia también reveló que los mensajes llegaron a su número privado, un dato al que muy pocas personas tienen acceso. O sea, no fue un comentario al aire: fue un ataque directo y premeditado. Lo más fuerte es que ya sabe quién fue y no piensa dejarlo pasar. “Voy a tomar acciones legales”, afirmó contundente.
Pero además del responsable directo, Claudia también mandó un mensaje clarito a las páginas de farándula cubana que muchas veces alimentan el morbo con publicaciones personales. “Hablen de mí todo lo que quieran, yo no voy a responder ni a aclararles nada. Pero con mi hijo, ojito”, advirtió. Y dejó claro que si estas páginas siguen cruzando la línea, ella las hará responsables ante cualquier nueva amenaza.
Desde que comenzó su relación con el influencer Ultrack, Claudia ha estado en el ojo público y no han faltado las críticas, especialmente a su forma de ser madre. Pero ella no se esconde. Hace apenas unos días se aplaudía públicamente por la mamá que es, recordándole al mundo que su prioridad número uno es Marlon, su hijo, su motor, su todo.
Porque sí, hace contenido, tiene una vida pública y se expone, pero eso no le da a nadie el derecho de traspasar ciertos límites. Amenazar a un niño, y más con una condición especial, no es entretenimiento. Es delito.