Miles de cubanos que llegaron a Estados Unidos con toda la legalidad que permite el programa CBP One están hoy al borde del abismo. Y no es exageración: si no pasa un milagro (sí, así lo dicen ellos mismos), perderán este miércoles sus permisos de trabajo, quedándose sin cómo ganarse la vida y sin opciones claras para arreglar su estatus migratorio. Un balde de agua fría en pleno intento de reconstruir sus vidas.
El periodista Mario J. Pentón publicó un video donde se escuchan testimonios duros, reales, que dan ganas de llorar. Cubanos que llegaron con la esperanza intacta, que salieron huyendo del hambre, de la represión y del “no hay” eterno de Cuba, ahora ven cómo su único sostén legal está por desaparecer por orden de la administración Trump. Y claro, el miedo es enorme.
Estos no son delincuentes ni aventureros, son personas que lo han apostado todo por una vida mejor. Gente decente, trabajadora, que pensó que estaba haciendo las cosas bien. Llegaron con su cita aprobada por CBP One, un programa implementado por la administración Biden en 2023 como una vía “segura y ordenada” para migrar. Pero ahora, por decisiones políticas que no entienden ni controlan, están a punto de quedarse sin papeles para trabajar.
¿Y qué significa eso? Que sin permiso de trabajo no solo no pueden pagar renta o enviar dinero a su familia, sino que no pueden continuar el proceso de asilo, lo único que les permitiría quedarse legalmente. Lo explicó el abogado de inmigración Ismael Labrador: si siguen trabajando sin autorización, pueden perder toda posibilidad de regularizarse.
Para colmo, aunque hay una organización que ya se está moviendo legalmente para presentar una demanda contra la cancelación de estos permisos, todos saben que el sistema judicial en Estados Unidos no es rápido. Las decisiones tardan, mientras la angustia se acumula.
Los cubanos afectados están mandando un mensaje claro al gobierno estadounidense: “no queremos caridad, queremos que nos dejen trabajar legalmente mientras resolvemos nuestros casos”. Porque no vinieron a robar, vinieron a luchar. Y lo que piden no es un favor, sino una oportunidad.
Este miércoles 14 de mayo es la fecha límite. Si no hay cambios, el permiso se acaba, el trabajo se acaba y el sueño se tambalea. Por eso muchos lo llaman ya como lo sienten: “un momento para pedirle un milagro a este país que tanto aman”.