Después de horas de desconexión, ETECSA salió al paso para asegurar que la falla en la red móvil ya está resuelta. Según el comunicado que soltaron en su perfil oficial en X (lo que antes era Twitter), el tráfico volvió a sus “valores habituales” y ofrecieron disculpas por los tropiezos… aunque para muchos usuarios, la realidad no se ve tan “normal”.
La cosa comenzó bien temprano, cuando la propia empresa reconoció que había una interrupción seria en los servicios de voz y datos en varias zonas del país. Unas tres horas más tarde, ETECSA dio otra señal de vida y avisó que el sistema empezaba a levantarse poco a poco. Eso sí, también admitieron que las llamadas y los SMS seguían súper congestionados, como si todo el mundo estuviera colgado del mismo hilo.
En su comunicado inicial, la compañía solo se limitó a decir que se trataba de una avería que afectaba “algunas numeraciones”. Nada de detalles específicos, ni provincias afectadas, ni causas claras. Lo típico: una nota ambigua que deja más preguntas que respuestas.
Este apagón tecnológico no fue el único del momento. Apenas un día antes, la sede de ETECSA en Matanzas reportó otro lío gordo: el grupo electrógeno del Centro de Telecomunicaciones de Unión de Reyes se fue abajo, y con él se arrastró los servicios de telefonía fija en casi toda esa región. Cidra, Bolondrón y Güira de Macurijes se salvaron por un pelo, igual que Playa Girón, en la Ciénaga de Zapata.
Y como si fuera poco, la semana pasada un incendio en Alamar (La Habana del Este) dejó a más de 200 personas sin conexión. ETECSA confirmó que 264 líneas fijas quedaron fuera de combate, y casi 100 casas se quedaron sin el servicio de Nauta Hogar. Hasta ahora, no se sabe qué provocó el fuego.
Toda esta serie de “accidentes” viene a remachar lo que ya dijo hace un mes el director adjunto de la Vicepresidencia de Operaciones de la Red de ETECSA, Kevin Castro Rodríguez: la empresa está pelada. En sus propias palabras, las fuentes de ingreso en divisas se han desplomado, lo cual hace casi imposible seguir invirtiendo en tecnología como lo hacían hasta 2022.
La receta del desastre incluye más demanda, menos recursos, sabotajes a la infraestructura, y hasta antenas ilegales interfiriendo con las señales. Todo esto junto ha hecho que la red se ponga cada día más lenta, más inestable y más frustrante para el usuario común.
Solo en La Habana, donde viven conectados unos 1.9 millones de celulares y hay más de 68 mil casas con Nauta Hogar, ya se han reportado 47 incidentes graves en lo que va de 2024, y 10 más solo entre enero y abril de este año. La lista de daños es larga: cables cortados, torres tumbadas, postes quemados, baterías robadas, y algunos casos que incluso han sido calificados por ETECSA como “actos contrarrevolucionarios”.
Aunque la empresa insiste en que está trabajando para mejorar, lo cierto es que la situación parece una película sin final feliz. Sin divisas y con más apagones que soluciones, ETECSA no solo enfrenta una crisis técnica, sino también de confianza.