La historia de Yannelis de la Caridad Casales Antón, una joven cubana de apenas 30 años asesinada brutalmente por su pareja en Jacksonville, Florida, ya cargaba con un dolor inmenso. Pero lo que debía ser su último adiós en paz, terminó convertido en un episodio bochornoso que ha desatado rabia en redes sociales y un sinfín de preguntas sin respuesta.
Luego de una intensa campaña en GoFundMe, la comunidad logró reunir el dinero necesario para repatriar su cuerpo a Santiago de Cuba y despedirla con la dignidad que merecía. El ataúd en que fue velada, comprado con ese esfuerzo colectivo, nunca llegó a la tierra. O al menos no con ella dentro.
¿Dónde está el ataúd de Yannelis?
Según denunció el periodista independiente Yosmany Mayeta, la funeraria encargada del sepelio dijo que el sarcófago “no cabía” en las bóvedas disponibles del cementerio. Por esa razón, trasladaron su cuerpo a una caja fúnebre nacional. Una decisión que, más que explicación lógica, dejó un reguero de sospechas.
En un video difundido por Mayeta se ve claramente cómo varios hombres suben el ataúd vacío a un camión, sin que nadie aclare a dónde fue a parar. Desde entonces, el silencio ha sido la única respuesta oficial, mientras en redes el pueblo ha hablado alto y claro.
«Eso fue un descaro», dicen en la calle
Una fuente cercana al caso le contó al periodista que, efectivamente, Yannelis fue velada en la caja que trajeron de Estados Unidos, pero al final “alguien se quedó con ella”. Las imágenes de la caja siendo retirada como si nada, encendieron las alarmas del pueblo, que no perdona el irrespeto en medio del duelo.
Las redes, como era de esperarse, estallaron. Entre la rabia, la tristeza y el sarcasmo cubano, comenzaron a surgir comentarios que reflejan el hartazgo ante este tipo de situaciones: “Eso lo usan después como baúl”, “Ni muerta respetan a la gente”, “El que la compró, que la desarme, pero no se la dejen a nadie”, o “¿Cómo no va a caber? ¡La meten a la fuerza si hace falta!”.
Una tragedia personal convertida en símbolo del desorden institucional
La polémica no es solo por el ataúd, sino por lo que representa. Porque la indignación también viene de un contexto donde la crisis funeraria en Santiago de Cuba es crónica, con reportes de cuerpos acumulados en pasillos, féretros de cartón y servicios cada vez más precarios.
No es la primera vez que una familia cubana ve vulnerado su derecho al duelo con dignidad. Las quejas se acumulan, pero las soluciones nunca llegan. Y cuando el dolor se mezcla con la sospecha, el pueblo reacciona como sabe: denunciando, exigiendo y sacando a flote verdades incómodas.
Yannelis merecía descanso, no controversia
Lo más duro de este asunto es que todo esto empaña el sacrificio de una comunidad que hizo lo imposible por traerla a casa. Amigos, familiares y personas solidarias lucharon por darle un entierro digno. Pero en vez de cerrar el ciclo con respeto, quedaron con la amarga sensación de haber sido burlados.
Yannelis fue sepultada finalmente en el Cementerio Santa Ifigenia, pero la falta de transparencia en lo ocurrido con su ataúd sigue generando un profundo malestar. Hasta hoy, ninguna autoridad ha dado una explicación clara, lo que solo alimenta teorías sobre su posible uso irregular o venta.
