Mientras en Cuba la crisis no da tregua y cada día se vuelve más difícil conseguir comida, agua o simplemente aguantar los apagones eternos, hay quienes, desde arriba, parecen vivir en otra dimensión. Y no es metáfora. Mientras el cubano de a pie suda la gota gorda en medio de la escasez, los altos cargos del régimen andan en modo vacaciones.
Así lo denunció el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, quien soltó en redes una bomba en forma de fotos. En ellas se puede ver a Beatriz Johnson, primera secretaria del Partido Comunista en Santiago de Cuba, y al mismísimo Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional, disfrutando de lo lindo en un ambiente que ni remotamente se parece al día a día del pueblo.
Piscina, cerveza y aire de hotel
En una de las imágenes, Johnson se da un chapuzón en una piscina junto a gente que parece ser de su familia. En otra, todos brindan con cervezas en mano, en lo que claramente es un espacio cuidado, relajado y fuera del alcance del cubano promedio. Todo esto mientras hay barrios en Santiago donde el agua no llega por días y la luz se va por más de 10 horas.
Labrada no se mordió la lengua. Junto a las fotos, soltó con tono sarcástico: “¿Ustedes piensan que no tengo cámaras? ¡Lo tengo to’!”, dejando claro que la “vida dura” que predican los dirigentes es solo para el pueblo.
La doble cara del discurso oficial
Las imágenes volaron por las redes como pólvora. La indignación fue inmediata. Muchos usuarios recordaron cómo el discurso revolucionario pide “sacrificio” al pueblo, pero los que mandan viven rodeados de comodidades que la mayoría ni puede soñar.
Aunque el lugar exacto donde fueron tomadas las fotos no ha sido confirmado, varios comentarios apuntan a que podría tratarse de una casa de retiro del Partido o una instalación turística solo para funcionarios, bien lejos de los ojos del público… al menos hasta ahora.
Para muchos, esto no fue ninguna sorpresa. Más bien fue la prueba visual de algo que ya se sabía: los dirigentes siguen pidiendo aguante, pero ellos hace rato que no viven como el resto.
Privilegios selectos, pueblo en crisis
Esta no es la primera vez que se destapan los lujos de la élite cubana en medio de la miseria general. Ahí está el caso de Lis Cuesta, esposa de Díaz-Canel, cuya fotofobia fue la razón detrás del uso de unas gafas de sol carísimas, algo completamente inaccesible para quienes no pueden ni conseguir una aspirina.
También se armó la polémica cuando se supo que un cuadro del PCC fue becado para estudiar en Brasil, en momentos en que los jóvenes cubanos se enfrentan a un sistema educativo colapsado y sin futuro.
Y ni hablar de las imágenes del propio Díaz-Canel con sus relojes caros y corbatas de seda, en plena campaña de “resistencia creativa”. Para muchos cubanos, eso fue como un golpe en la cara: ¿resistencia para quién?
Un país partido en dos
Mientras una parte del país apenas sobrevive entre cortes de electricidad, inflación brutal y colas infinitas, la cúpula dirigente parece vivir de espaldas a esa realidad, disfrutando de privilegios que no encajan con el discurso de justicia social que predican.
Y aunque el pueblo ya está más que acostumbrado a la doble moral, ver esas imágenes —con piscina, cervezas y sonrisas— en medio del caos nacional, fue una bofetada más que cuesta olvidar.