La cosa en Santiago de Cuba está que arde, pero no por el calor, sino por la grave escasez de alimentos y productos básicos que golpea a la provincia. En medio del malestar general, el gobierno local acaba de admitir lo que ya muchos sabían: el picadillo destinado a los niños entre 0 y 13 años está “rendido” con soya texturizada.
Sí, como lo lees. En lugar del picadillo de carne pura prometido para los más pequeños, lo que llegó a la mesa fue una mezcla con un 70 % de carne de res (cuando hay suerte) y un 30 % de soya texturizada, según reconocieron directivos de empresas distribuidoras en declaraciones al telecentro TurquinoTeVe.
“La gente se ha quejado con razón”, confesó uno de los funcionarios, mientras aseguraba que se está “trabajando en mejorar la calidad del producto”. Pero entre palabras y promesas, los platos siguen medio vacíos.
El pan, en crisis total
Como si no bastara con el picadillo improvisado, el pan también ha entrado en zona crítica. Jorge Luis Arce Ferrer, director de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria, explicó que los molinos en Santiago están parados por falta de harina, y que todo depende de lo que llegue, de vez en cuando, desde La Habana.
En vez de una distribución regular, el pan se reparte por turnos entre municipios, lo que ha dejado a muchas familias comiéndose las ganas. Y eso si llega algo… porque cuando aparece, puede ser hecho con harina vieja o en mal estado, y en algunos lugares, solo lo ven cada dos días.
El gas licuado, desaparecido en combate
Otro golpe duro para los hogares santiagueros es la ausencia total de gas licuado. Lisette González Sardinas, directora territorial de Comercialización de Combustible, confirmó en la televisión nacional que el producto no está disponible, punto.
Negó que se esté vendiendo en dólares o en las tiendas MLC, pero tampoco dio pistas sobre cuándo se podría normalizar la situación, dejando a las familias cocinando con leña o recurriendo a inventos caseros para poder preparar los alimentos.
Higiene básica… cada tres meses, si acaso
Por si fuera poco, los productos de higiene —como jabón, pasta dental o detergente— se distribuyen con cuentagotas, apenas una vez cada tres meses. Esto obliga a la gente a formar colas interminables desde bien temprano en la madrugada, con la esperanza de poder llevarse algo a casa.
La respuesta oficial: Telegram y Facebook
El gobernador de la provincia, Manuel Falcón Hernández, prometió que el gobierno informará semanalmente a través de redes sociales como Telegram y Facebook sobre la situación de la canasta básica y los servicios esenciales.
Pero la realidad en la calle supera cualquier anuncio. Para muchos santiagueros, esas actualizaciones no resuelven el hambre, ni calman la frustración de vivir en un ciclo interminable de escasez, colas y desinformación.
Mientras tanto, el pueblo resiste a golpe de inventiva y paciencia, en una provincia que parece vivir una emergencia silenciosa, sin fecha clara de mejoría.