La vida en La Habana cada vez se parece más a una película de suspenso… pero sin final feliz. Esta vez, el escenario fue una guagua de la ruta P9, donde un grupo de carteristas le birló el celular a un pasajero en plena hora pico, a las 6:43 de la mañana del pasado 5 de mayo.
El hecho ocurrió a bordo del ómnibus 507, según informó el grupo oficialista Transportación Habana TH, que compartió un post con tono alarmante: “Lamentablemente, tenemos que informarles sobre un incidente desgarrador”. No es para menos: el video que acompaña la denuncia muestra claramente el momento de tensión, con pasajeros rogando al chofer que no abra las puertas y llame a la policía, mientras los presuntos ladrones, como era de esperarse, pedían exactamente lo contrario.
“Hay que estar con los ojos bien abiertos”, advirtieron desde la publicación, aconsejando a los habaneros que mantengan sus pertenencias bien guardadas, porque los carteristas andan “al acecho”. Y esa no es una exageración. La reacción de los usuarios en redes fue inmediata: quejas, molestias y, sobre todo, el grito desesperado de un pueblo que ya está harto.
Uno de los comentarios más encendidos fue el de Enrique Corría, quien no se mordió la lengua: “Ya ese tema pasa de castaño a oscuro. A mi hijo también le robaron entre el Amejeiras y el Coppelia. Y el chófer, en vez de ayudar, abrió la puerta y dejó que se fueran los ladrones”. Así, sin anestesia.
Silvia Fernández, otra usuaria, no se quedó atrás: “Eso pasa a diario en la P9. Yo ya ni intento montarme ahí. Hasta las carteras te las rompen por sacar algo”. Lo que debería ser un trayecto tranquilo al trabajo o la escuela, se ha convertido en una ruleta rusa donde uno no sabe si va a llegar con el móvil en el bolsillo.
Una tendencia que no para
Este caso no es aislado. Ya en diciembre pasado se vivió una situación similar: un carterista actuó en una guagua abarrotada y la cosa terminó con la policía metida en el asunto. El chofer detuvo la guagua, mandó a bajar a medio mundo y, tras un intercambio entre la víctima y un sospechoso, los oficiales comenzaron a registrar al individuo. Todo quedó grabado en video, como para que no quedaran dudas.
Y si uno pensaba que con eso bastaba, en septiembre del año pasado también se reportó otro intento de robo. Esta vez, en la ruta P3, cuando dos sujetos trataron de quitarle el celular a un joven justo en el momento en que intentaba subir al ómnibus junto a su madre. El muchacho se dio cuenta, les cayó arriba y, por suerte, los policías del carro patrullero 424 actuaron rápido y se los llevaron directo para la estación de Aguilera, en Lawton.
El transporte público en Cuba, ya bastante golpeado por la crisis, suma ahora otro problema: la inseguridad. Y mientras el pueblo sigue apretando el cinturón y aguantando el calor en guaguas repletas, los carteristas se aprovechan del caos con total descaro.