Desde Colombia, con 75 años a cuestas y una historia de película detrás, Carlos Lehder, uno de los fundadores del temido Cartel de Medellín, ha soltado otra bomba informativa que no ha pasado desapercibida. En una entrevista reciente con Martí Noticias, el excapo aseguró que el régimen cubano, encabezado por Fidel y Raúl Castro, no solo sabía del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos en los años 80, sino que formaba parte del negocio.
“A mí me invitaron directamente desde Cuba para montar una ruta de cocaína hacia Estados Unidos”, soltó Lehder, sin pelos en la lengua. Y no se refiere a cualquier persona, sino a altos mandos del gobierno, quienes según él, le abrieron las puertas de la isla como si fuera socio VIP. Todo esto habría ocurrido bajo la mirada —y el beneplácito— del mismísimo Fidel.
Aunque en su momento se desligó del acuerdo, asegura que sus socios de siempre, Pablo Escobar y Gustavo Gaviria, tomaron el mando del operativo, moviendo toneladas de coca con el visto bueno del gobierno cubano. Según Lehder, Cayo Largo se convirtió en un punto estratégico de tránsito, y como era de esperar, el pago era en “cash” directo al Estado.
En ese viaje, organizado por el coronel Antonio de la Guardia, Lehder dice haber recibido atención de lujo. Todo pago por el régimen. En su relato, asegura que los oficiales cubanos le dijeron sin rodeos: “Aquí hace falta dinero, todo el que tú puedas traer”. Y como en toda buena serie de narcos, el colombiano pidió reunirse con Raúl Castro, quien en aquel entonces era el jefe de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). Fue un encuentro corto y enigmático, pero suficiente para sellar el pacto, según Lehder.
No es la primera vez que se hacen públicos estos vínculos. En 1991, durante el juicio al dictador panameño Manuel Antonio Noriega, Lehder declaró —bajo juramento— que le había regalado un avión a Raúl como parte del trato con La Habana. Esa versión ya aparecía en sus memorias y ahora fue ampliada con nuevos detalles que salpican aún más al castrismo.
El exoficial de inteligencia cubano Enrique García, quien desertó en 1989, respalda las afirmaciones de Lehder. Según él, “nada se movía en la isla sin que Fidel lo supiera”, y fue precisamente el temor a una investigación federal en EE.UU. lo que motivó al régimen a hacer una jugada desesperada.
En 1989, Cuba sacudió al mundo con los juicios de la Causa No. 1, que terminaron con la ejecución del general Arnaldo Ochoa y otros tres oficiales de alto rango, todos acusados de narcotráfico. Para muchos, aquello fue un teatro montado por el gobierno para lavarse las manos y tapar sus verdaderos vínculos con el cartel colombiano.
La respuesta del Departamento de Estado estadounidense no se hizo esperar. En declaraciones a Martí Noticias, dejaron claro que “no es ningún secreto que el régimen comunista de Cuba ha tenido lazos con el narcotráfico por décadas”. Mencionaron también la colaboración entre los Castro y Noriega, como otro ejemplo de esas alianzas turbias que cruzaban lo político con lo criminal.
Hoy, Lehder vive de nuevo en Colombia. Regresó en marzo de 2025 tras pasar un tiempo en Alemania, donde tiene ciudadanía. Fue arrestado brevemente al llegar, pero quedó en libertad pocos días después, debido a la prescripción de sus delitos. Desde entonces, se muestra como un hombre reformado, aunque no se ha quedado callado.
“Cualquier esfuerzo por denunciar a esa dictadura castrista es válido y necesario”, afirmó con voz firme.