Una noticia estremecedora sacudió este viernes a los vecinos del Reparto Montecarlo, en Camagüey, cuando una joven cubana de solo 19 años, identificada como Lisneisi Pérez Barzaga, perdió la vida tras lanzarse desde el piso 12 del conocido Edificio de 18 Plantas.
El hecho ocurrió en plena tarde y provocó una fuerte conmoción en la zona. Las autoridades llegaron rápidamente al lugar, pero ya era demasiado tarde.
“Esto ha sido un golpe muy duro para todos. Nadie sabe lo que otro lleva por dentro”, comentó una vecina visiblemente afectada. Según ella, el silencio pesado y la tristeza se apoderaron del edificio desde el momento en que todo ocurrió.
Vecinos que la conocieron aseguran que Lisneisi era una joven alegre, solidaria y cariñosa. “Siempre tenía una sonrisa para todo el mundo, siempre dispuesta a ayudar. Nadie entiende cómo pudo pasar algo así”, dijo otro residente, aún sin creérselo.
Aunque las autoridades no han ofrecido información oficial sobre los detalles del suceso, varios medios locales, como La Tijera en Facebook, señalaron que la joven era madre de un niño pequeño, lo que ha añadido aún más dolor al hecho.
Este caso ha vuelto a encender las alarmas sobre un tema que en Cuba muchas veces se trata con silencio: la salud mental, sobre todo entre los jóvenes.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), en 2022 la tasa de suicidios en Cuba fue de 12,9 por cada 100.000 habitantes, una cifra que, aunque más baja que la del 2021, sigue estando por encima de la media mundial.
El suicidio sigue figurando entre las diez principales causas de muerte en la isla, y los especialistas no dejan de alertar sobre el crecimiento preocupante de estos casos entre adolescentes y jóvenes de hasta 35 años.
Factores como la crisis económica, el deterioro de la calidad de vida, la desesperanza y la falta de acceso a servicios psicológicos y de apoyo profesional agravan esta realidad silenciosa que muchos prefieren no mirar de frente.