En medio del ajetreo diario del centro de Oviedo, donde la gente pasa a mil por hora y los coches no paran de rugir, un joven cubano ha logrado detener el tiempo… con su música. Se trata de Daniel Iglesias, un violinista de pura cepa cubana, que ha conmovido a miles en redes sociales con una interpretación callejera que no solo arrancó aplausos, sino también emociones.
Todo comenzó con un video subido a TikTok por la venezolana Lenna Uribe, quien, al tropezarse con el talento de Daniel, quedó tan impresionada que no pudo irse sin saber quién era ese muchacho que le estaba poniendo melodía a la ciudad. “Lo vi en Oviedo y me dejó en shock. Le pregunté si tenía redes, y solo tenía Instagram… Cuando vi que era de Cuba, más me impactó”, escribió Lenna.
A partir de ahí, las redes explotaron. Comentarios de orgullo, nostalgia y dolor se mezclaron entre cubanos y amantes de la música. Uno de ellos lo dijo clarito: “De mi Cuba salen músicos de los buenos, lástima que en España no los saben valorar”. Porque sí, Daniel no está en un teatro ni en una sala de conciertos. Está en plena calle, con su viola, echándole coraje y alma a cada nota.
Para muchos, la escena tiene sabor a injusticia. “Es increíble que con ese talento tenga que tocar en la calle”, escribió una usuaria. Pero no todo es lástima. También hay mucho respeto por su entrega. Gente que lo ve todos los días cuenta que lo suyo no es show de un día, sino esfuerzo constante. “Quién sabe cuántas horas pasa ahí parado, aguantando frío o calor, para poder ganarse el pan”, soltó otra voz solidaria.
Daniel ya es parte del paisaje de Oviedo, sobre todo en zonas como la calle Caveda o los alrededores de San Juan el Real. Hay quienes aseguran que escucharlo es “un gustazo”, un oasis en medio de la rutina. Y para muchos transeúntes, pasar por allí se ha vuelto un momento especial, gracias a la magia que él desata con su instrumento.
La viralización del video encendió también algo muy poderoso: el orgullo cubano en el exilio. Cientos comentaron: “Vamos a seguir a nuestro paisano”, como quien dice: no está solo, aquí estamos. Esa muestra de cariño le dio un empujón tremendo a su cuenta de Instagram, @danieliglesias_viola, donde ahora comparte pedacitos de sus interpretaciones, ensayos y reflexiones. Allí, se describe como un “violinista que toca para la gloria de Dios”, dejando claro que su vocación no es solo artística, sino también espiritual.
Lo que ha logrado Daniel desde esa esquina en Oviedo es enorme. No solo mostró su talento, también puso sobre la mesa la realidad de muchos artistas migrantes que, a pesar del talento, tienen que luchar cada día por visibilidad y reconocimiento.