Lo que prometía ser una aventura tropical con sabor a son y mar quedó marcado por el desencanto. Justin y Alina, una pareja de influencers con base en Australia, llegaron a Cuba con ganas de descubrir la isla auténtica, esa que no sale en los folletos turísticos. Pero lo que vivieron los dejó con el alma en vilo y las mochilas más ligeras… de dinero y de ilusiones.
Con más de 130 mil seguidores en YouTube, estos viajeros —ella nacida en Rusia y él en Hong Kong— han recorrido medio mundo mostrando sus vivencias en distintos rincones de Asia y Europa. Sin embargo, fue su paso por Cuba el que les dejó la experiencia más amarga que han contado hasta ahora.
«Una trampa disfrazada de mojito»
Así mismo lo narraron en su video titulado “El lado desconocido de Cuba (por qué no volveríamos)”, que en pocos días ya suma más de 70 mil visualizaciones. Según cuentan, todo comenzó con lo que parecía un gesto amable de un habanero que los abordó con simpatía. Les ofreció mojitos “caseros” y los llevó a un supuesto bar local, lejos del bullicio turístico. Pero lo que parecía ser una experiencia cultural auténtica terminó siendo una emboscada en toda regla.
Les sirvieron las bebidas sin mencionar precios, y justo cuando apenas habían probado un sorbo, les soltaron el sablazo: 45 dólares por cóctel. Ahí mismitico comenzó la pesadilla. Justin y Alina intentaron explicar que no tenían tanto dinero encima, que solo cargaban lo justo para el día… pero no hubo compasión.
“Nos acorralaron, nos gritaron, nos registraron con la vista como si estuviéramos en una escena de película. Fue una mezcla de miedo y rabia. No sabíamos cómo íbamos a salir de ahí”, contaron con voz temblorosa en el video.
“No éramos turistas, éramos cajeros automáticos con patas”
Ni una lágrima de Alina, ni la tensión visible en Justin ablandó a los supuestos anfitriones. Al contrario, la hostilidad aumentó. Intentaron razonar, decir que no habían acordado ningún precio, pero lo único que recibieron fue burla y amenaza.
“Nos dijeron que podíamos llamar a la policía si queríamos, como si supieran que nada iba a pasar. Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que estábamos completamente solos”, confesaron con tristeza.
Luego de entregar todo el efectivo que llevaban encima, salieron del local temblando. Pero la cosa no acabó ahí. Mientras caminaban por La Habana, varias personas los miraban y hasta se burlaban: “Ah, así que eran ustedes… bienvenidos a mi país”, les dijo uno con una sonrisita de medio lado.
Una postal amarga de la “otra Cuba”
Aunque dejaron claro que no todo fue malo —alabaron la belleza natural de la Isla y el calor humano de algunos cubanos genuinos—, lo que vivieron les dejó una huella profunda. Según ellos, el problema no es solo un hecho aislado: las estafas a turistas están a la orden del día y no se limitan a los bares. También mencionaron sobreprecios en casas de renta, comida y supuestos guías.
El video ha desatado una ola de comentarios en redes sociales, muchos de otros turistas que aseguran haber vivido situaciones similares en Cuba. Y mientras tanto, las autoridades cubanas siguen sin dar la cara, sin pronunciarse ni tomar medidas contra estas prácticas que, según denuncian, ocurren con total impunidad y a plena luz del sol.
