En pleno pico de apagones y con las cocinas apagadas en medio país, varios barcos cargados de gas licuado de petróleo (GLP) están fondeados frente a las costas cubanas. ¿El problema? No pueden descargar porque no se ha soltado el billete.
Así lo dejó caer sin rodeos el Noticiero Nacional de Televisión, que explicó que los tanqueros no sueltan ni una gota del gas hasta que no se finiquiten los pagos pendientes con los proveedores internacionales. O sea, los buques están ahí, esperando que les “caiga la transferencia” para poder empezar a descargar.
“Estamos listos… pero sin pagar, no hay GLP”
Desde CUPET, el subdirector Irenaldo Pérez Cardoso aseguró que todo está listo para cuando se libere la carga: bases operativas en occidente, centro y oriente, logística activada y plan de distribución en marcha. Pero mientras no se pague, nada se mueve.
Una vez que se concreten los pagos, en 48 horas debe comenzar el reparto del combustible, aunque la incertidumbre reina entre quienes llevan más de 50 días sin gas en sus casas, cocinando como pueden y esperando soluciones que no acaban de llegar.
Un respiro desde dentro, pero no alcanza
Mientras afuera los barcos esperan, la Refinería de Cienfuegos ha vuelto a echar humo, según informaron las autoridades. Luego de un largo parón por mantenimiento, volvió a producir algo de GLP gracias a la recuperación de equipos vitales como los compresores de hidrógeno y el sistema de bombeo.
Este gas local se ha destinado principalmente a hospitales, centros estratégicos y algunos núcleos poblacionales del centro del país, pero la producción sigue siendo bajita. Es decir, no hay suficiente para cubrir la demanda nacional.
También mencionaron que la planta Energás, en Puerto Escondido, sigue aportando lo suyo, aunque tampoco es que esa fuente resuelva mucho. Todo apunta a que el cuello de botella sigue siendo económico, por falta de divisas, pagos atrasados y una producción que apenas resucita.
Matanzas se anota un punto, pero con letra chica
En medio de este panorama en candela, Matanzas será una de las primeras provincias en reanudar la venta de GLP, aunque con limitaciones. A partir del 19 de mayo, el punto de venta de Bellamar reabrirá sus puertas con solo 200 cilindros disponibles, gestionados a través de la aplicación “Mi Turno”.
Eso sí, solo podrán acceder los consumidores registrados desde noviembre del año pasado, lo que deja fuera a un montón de gente que quizás no estaba en esa lista.
Las autoridades locales prometen ir expandiendo la distribución a otras zonas de la ciudad siempre y cuando haya disponibilidad de gas, pero por ahora el plan sigue siendo piloto, y bastante restringido.
Una olla de presión sin salida a corto plazo
Aunque se hable de avances logísticos y de que “todo está listo” para arrancar la distribución, la verdad es que la crisis del GLP sigue sin solución estructural a la vista.
Miles de familias están cocinando con leña, carbón o resistencias eléctricas, con los riesgos que eso implica. Las causas de esta escasez son múltiples, pero destacan tres: la caída de las importaciones por falta de divisas, los impagos internacionales y una refinación nacional que apenas se ha empezado a recuperar.
El gobierno lo reconoce a medias, dejando claro que la normalización del servicio no será de un día para otro.